Los demás vienen a consumir como terapia paliativa frente a la línea plana que representa a sus vidas, yo acudo a hacer mi trabajo. Cuando las dos hojas de la puerta se deslizan para darme paso al gran centro comercial, siento que estoy solo a pesar de la muchedumbre. Camino despacio, observando los escaparates, pero tan solo disimulo para buscar los puntos "calientes" como solía comentar Gein, donde colocar explosivos. Unos padres columpian a su hijo con sus brazos, el niño mira más allá de mis gafas de sol y siento su miedo.
Cuando más sumido está uno en su objetivo, más facil es que ocurra algo inesperado. A mi me ocurrió cuando sentí la llamada del señor... y ahora. Las luces principales se apagaron dando paso a las de emergencia, megafonía avisaba del desalojo en calma de los grandes almacenes. Vrøvl!. Cientos de "escarabajos", como llámabamos a los del grupo especial de operaciones, se hacían con posiciones en todo el perímetro. Venían a por mi. Vrøvl, vrøvl, vrøvl!.
Corrí como alma en el infierno por los pasillos de la juguetería. Sonrisas cristalizadas intentaban confundirme desde sus lejas. Las voces de los escarabajos gritaban órdenes por doquier, iban a dar conmigo, acabaría acompañando a Andrei en su purgatorio... ikkeikkeikkeikkeikke. Logré esconderme entre una montaña de peluches de colores pardos. Desde mi posición vi correr de un lado a otro a varios escarabajos y entonces fue cuando vi el fin de todo. Exequias, plantado fuera de la juguetería con el mentón en alto, como un Duce inmortal. Ahora estaba realmente seguro de que venían a por mi, apiadate min Gud. ¿Como sabían que estaba aquí? Alguno de los legionarios de la Fé me había delatado, bastards. Los ojos pétreos me observaban desde sus lejas...
Cuando se alejaron de mi posición, huí de allí rápidamente. El tiempo y el espacio empleado en mi carrera se escaparon de mi recuerdo, hacía siglos que no sentía ese miedo, me convertí en aquel niño que comprobó el vacío que se escondía tras mis gafas de sol. Venían a por mi, a llevarme al purgatorio del tiempo. Y es cuando comprendí que me equivoqué, fue todo tan rápido que ni siquiera reaccioné. Un error de atención y diez escarabajos pasaron junto a mi, uno de ellos se acercó y me grito que me fuera de aquel sitio. Aturdido por las sonrisas de los muñecos, no entendí bien lo que aquel tipo me decía, y me empujó violentamente en dirección a una salida de emergencia.
Caminando lentamente hacia la salida, intentando recomponer las piezas de lo sucedido, pude observar como Exequias, a lo lejos, usaba sus manos para desintegrar la materia, ni siquiera me sorprendió aquello. Lo que me impactó fue la sensación de que no iban a por mi, buscaban a otro, a un desertor del E-1, a Requiem,... el que huía con una sonrisa de muñeco.
Algo me está sucediendo, creo que me estoy volviendo paranoico (y la puerta de emergencia se cerró tras él)
Jostein Jhonsen. Demasiado tiempo en vida.