miércoles, 31 de diciembre de 2008

Susurros de un diario

Hubo un retroceso intelectual en la historia del hombre. No hay duda que pasar del escenario geopolítico de las fronteras entre dos sistemas totalmente diferentes en la concepción político-económica, a un pobre corral donde las diferencias las marcaba el credo, era un paso atrás. Del fuego se llegó a la rueda para luego quemarla. La guerra fría al menos fue un choque marcado por el desarrollo de dos ideologías antagónicas, pensadas, meditadas y reflexionadas. Lo que vino después solo fue la exaltación del reparto desigual de los recursos primarios, la falta de educación y de la pobreza que reinaba. Al-qaeda, fundamentalistas católicos, evangélicos exaltados... todos haciendo uso de la religión como expiación de estos males. La Fé pudo de nuevo con la racionalidad.

Y cuando al margen de todo ello, el sol comenzó a regurgitar su empacho de hidrógeno, la fina capa de ozono que nos quedaba no fue suficiente para frenar el desastre solar que arrasó la Tierra. Ni siquiera el "milagro" mediático de aquel presidente de color de la gran superpotencia, pudo hacer nada con la fuerza del cosmos, la única y verdadera fuerza que tiene la última palabra. Aunque nosotros, los patéticos humanos, pensemos que son ajenas a nuestras mediocres vidas.

Ahora de nuevo la racionalidad se abre paso en la supervivencia de la especie y no hay nada mejor que la fuerza opresora para coartar a los que intentan controlar a las masas mediante dogmas y doctrinas, o aquellos que piensan que la libertad total es la base de progreso del pueblo sin tener en cuenta la formación intelectual para la toma de decisiones de gran envergadura.

Aufrechterhaltung der Ordnung des Systems ist wichtig.
Die Steuerung ist von entscheidender Bedeutung.

Exequias. 31-12. Jeniferever - The sound of beating wings.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Héroes y crueldad (III)

Ya no volverán los años de seminarista, solo quedarán siglos de aniquilación nihilista.

- Sé que todo saldrá a la perfección. Confío en ti más que tú en tus creencias.

Llovía, como en todos los días tristes, como en todas las historias trágicas. El agua hace que la gente camine más deprisa, los hace estar más atenta a lo adoquines resbaladizos que a los rostros que los contemplan. Los rosotros que acabarían por siempre con las prisas, la lluvia y las historias.

- Eres mi acólito preferido, Bautista, y sé que no me defraudarás.

Solo los ojos de una niña se fijaron en su figura enjunta, deshecha y antigua. Jostein la miró tras sus gafas de sol, pero ni un solo músculo se movió bajo su empapada gabardina, la que delimitaba su figura de corrupto. La madre tiró de su brazo para que continuara el camino, un camino ya escrito y que acababa en el pasillo siete, donde se apilaban los productos lácteos de manera perfecta.

- Demuestra con una prueba de Fé el amor por mi y los tuyos.

Apretar el botón rojo es mucho más fácil de lo que parece, siempre que desconozcas la acepción de empatía y no pertenezcas a la dimensión humana. Todo el hipermercado saltó por los aires y los pisos que descansaban sobre él, colapsaron por ley física. Una ensaladilla de escombros, miembros mutilados y silencio tras el holocausto de Fé. Trabajo terminado.

Lo último que vió de su genocida obra fue a aquella niña. Buscaba ensangrentada la parte que le faltaba de su madre. Nunca encontaría el resto de cuerpo que se prolongaba más allá de la mano que sujetaba con fuerza.

El gesto más inhumano que se generó en aquel nuevo cementerio, fue el dejarla con vida. Él lo sabía, por ello, mientras caminaba hacia algún bar del centro de Ipsópolis, intentaba apartar aquello de su mente imaginando una hilera de tetra briks de leche rompiendo su orden perfecto. Era su primer trabajo, y alcanzó la máxima nota en las aulas del purgatorio.


Love is colder than death - Wild world

jueves, 25 de diciembre de 2008

Héroes y crueldad (II)

Cómo disfrutaba de la presión de un paladar caliente y una lengua húmeda. Rememorando veinte años menos, Lasse Vatanen se dejaba llevar por el volante de su Alpine y por el movimiento oscilante de aquella rubia que había convencido por medio gramo de nada adulterada. Cerrado el negocio, era momento de celebrarlo con los suyos en aquella fiesta donde la coca, el sexo y las prácticas prohibidas iban a ser las princesas de Maine, y el alcohol bañando sexos, los reyes de Nueva Inglaterra.

A toda velocidad pasaba el paisaje de la avenida de la ladera, por las ventanillas de su automóvil. Un segundo de evasión y una eyaculación sucia y simple entre encias. Al abrir de nuevo sus ojos, tuvo que cambiar su sonrisa de satisfacción por el de un rictus de pánico tan antiguo como la humanidad. La pareja que ocupaba el Trabant crema salido de la nada, no le quitaba ojo de encima, ni siquiera para girar en las curvas. Fue una aparición fantasmagórica, no había otra explicación posible.

- ¡Mierda, mierda, mierda! - gritaba Lasse apurando la última marcha como premonición inminente.
- ¿Qué coño pasa Lass? - le preguntaba sorprendida su acompañante mientras escupía el premio en forma de grumo sobre un kleenex.
- ¡Cállate y agarrate! - aceleró hasta dejar atrás aquel coche espectral.

En muchos casos, todas las acciones quedan obsoletas e inútiles ante un fin inminente, una cucaracha podría aprender a entonar fonemas de piedad en dos segundos frente al pie que la convertirá en una pasta líquida, y no serviría de nada. Perder el control del coche estaba escrito en las cuerdas del universo, salir despedida por el cristal delantero hasta impactar y reventar todos sus órganos internos contra el pilar del puente, pintado en las simetrías del cosmos. Quedar empalado con tus propios fémures mientras intentas alcanzar todo el aire posible del exterior, es solo un aderezo irónico de la escena final.

- Saaacaggme de aquí...pog favog... - sus dientes saltaron por todo el salpicadero y era incapaz de acertar con los fonemas, aprender un lenguaje no es fácil para las cucarachas.

Mientras agonizaba como un cerdo en plena matanza, la pareja del Trabant ya se encontraba frente a frente con la bizarra escena. Radic liaba un canuto de hierba, mientras Laura miraba el cielo cubierto de colosales vigas. En ningún momento curzaron mirada entre ellos ni con el moribundo Lasse que mezclaba con encanto lágrimas con sangre brillante y espumosa.

- Poggg Dios, sacagggme de aquí o remataggme, cabronegg.

Laura miró al suelo, acarició su coño y dijo en un tono tan neutro que ningún ser perteneciente al género humano podría haber emitido "Que nadie nunca más, vuelva a entrometerse en nuestros negocios. Gracias"

Se largaron como vinieron, en silencio y sin ni siquiera mirar a los ojos de la víctima del miedo. El arma más mortal que poseían.

- Tenegggg piedaggggg....


A place to bury strangers - To fix the gash in your head

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Héroes y crueldad (I)

- ¡Agárrele la puta cabeza, joder! ¡Agárrasela bien, coño!
- ¿Qué coño quieres hacer Marburg? Le vas a partir los dientes si no le sacas la pistola de la boca.
- ¡Que se joda!¡Que le agarres la puta cabeza!
- Ya lo hago, Marburg, ya lo hago...
- En la puta vida, en tu puta vida te atrevas siquiera a mover una falange en mi dirección, hijoputa...¡¡¡¿Vale?!!!
- Ñffffff, ñffffffff
- Puto cabrón.
- Marburg...
- ¡Puto cabrón de mierda!
- Marburg...
- ¡Hijoputa mírame a los ojos cuando te hablo! ¡Mira a los ojos del señor Magistrado,coño!
- Está muerto...
- ¡La madre que te parió hijoputa!

BANG¡ BANG¡

- Alexis, estaba muerto. Se ha ahogado con su vómito.
- Lástima de balas.
- Joder, Alexis...
- Si no te gusta lo que ves, Oscar, ya sabes que te puedes largar cuando te salga de los cojones. Luego ya sabes lo que hay.
-...
- Vamos a licuar el cuerpo de este mierda antes de que algún fisgón nos pille con el fregado. ¿Quién es el siguiente de la lista?


A place to bury strangers - Missing you

sábado, 20 de diciembre de 2008

Empatía 0

Era la última noche que nos acostaríamos juntos. Nunca lo hubiéramos podido intuir porque ni ella era Láquesis ni yo un puto oráculo cuántico. Su cuerpo se acurrucaba contra el mío sin mostrar repulsión, algo raro en los vivos y más concretamente en el género femenino. Mientras ella imaginaba encontrarse en las pinturas de Gustav Klimt, yo no podía evitar observarme en el espejo como en los lienzos de Magritte. Cuando en algún momento ella caía en la cuenta de su terrible condición humana, me abrazaba con más fuerza. Solo hacía que producirme lástima, qué cansado castigo le tocó vivir como especie.

Aún se deslizaban gotas de sudor desde sus axilas. Todavía le latía el corazón de forma acelerada tras el orgasmo, hecho que no me sucedía desde tiempos pretéritos. Desplazaba su caja torácica al compás de la respiración, rozando con cada inspiración mi abultado y estático esternón. La hubiera devorado allí mismo, y todo se hubiera convertido en un grotesco Goya. Opté por mantener mi carestía centenaria y mi pobre moral. Qué pena no sentir nada por ella a pesar de que ella sería capaz de hacer de Atlas con mis infiernos.

Cuando se marchó, decidí no vestirme. Miré por la ventana mientras me encendía un cigarro y manoseaba mi sexo. Tras los cristales, oscuridad, por lo que dejé caer mis hombros y decirme en voz baja “más allá de los ojos, no existe nada”. Se dejó olvidada las bragas entre las amarillentas sábanas. Restos de su menstruación pululaban el tejido. Esa era la causa de que al principió de la noche, ella dudara en ir más allá de una felación. Proyectaba demasiados escrúpulos en mí.

No sospechaba de mi pasado. No lo podría haber ni siquiera intuido debido a que no era una puta parca. No tenía ni idea de que yo era el monstruo más bizarro de Ipsópolis. Mejor.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Carne cruda

Se observó detenidamente en el espejo. Un hilo de vómito colgaba aún de su labio inferior, pero su mirada no se centraba en ese detalle. Repasó lentamente cada rincón de su rostro, acumulando lentamente fuerzas para tomar una decisión. La arruga que comenzaba en su nariz y acababa sus días al comienzo de la boca, las trillizas horizontales que decoraban su frente, la profundidad de sus ojos confundiéndolos con cuencas, sus orejas descolgadas. Tomo aire por costumbre, no por necesidad, y limpió sus labios con la manga de su torera de vinilo. Hoy comería carne humana.

Su rostro en el espejo quedó atrás junto con la música new wave que la acompañó. Ahora se encontraba rodeada de cadáveres y olor a pólvora. Un agonizante traficante de armas la miraba bajo sus pies. El tiro en el cuello sesgó en canal sus cuerdas vocales. Solo intentaba respirar.

- Por causalidad, ¿llevabais un rifle de precisión B-54 falcon?

Sólo inspiraciones forzadas y regurgitar de sangre.

- Lástima.

Ante los ojos horrorizados de aquel hombre, ella comenzó a devorar sus miembros. Con un apetito milenario, arrancaba pedazos de carne cruda adheridos a los huesos de su agonizante víctima. Canibalismo de muertos, alimento de vida.

Su hambre se sació y su cuerpo volvió a ser el que era en pos de corromper más su conciencia. No sabía aún como explicárselo a Radic cuando volviera a casa. No le importaba, esta noche follaría hasta que su vagina cediera. Necesitaba el calor de los hombres, necesitaba “amar” por unos breves segundos.

Todos somos iguales, tarde o temprano sucumbiremos a la gravedad y a la muerte.



A place to bury strangers - She dies

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Visiones catódicas

“Se ha declarado el estado de excepción en el barrio de Ipsópolis debido a los diferentes actos de terrorismo acontecidos en las últimas semanas. El presidente…”

El caos comienza a dar a luz entropía en cada rincón.

“-Nadie podrá debilitar los cimientos de nuestro estado de derecho con actos propios de salvajes. – Así se dirigió el secretario para la seguridad del estado esta tarde, tras los intentos de toma del ministerio de industria hace unas horas por grupos…”

Las ventanas retumban a pesar de estar cerradas.

“Mañana a primera hora, se oficiará el funeral con honores de estado del segundo al mando de la cúpula militar de Hélike, tras su asesinato en el atentado con coche bomba perpetrado…”

La vulnerabilidad se nos presenta sin previo aviso.

“Fuentes del gobierno planean implantar la ley marcial a pocas horas de las explosiones acaecidas en cinco terminales de metro distribuidas en diferentes puntos de Hélike. Algunos testigos aseguran haber visto miles de hombres fuertemente armados y desprovistos de atuendo alguno, tomando zonas de la superficie de la ciudad y levantando trincheras en puntos estratégicos. Estamos a la espera de las palabras del presidente que…”

No llegar tarde al trabajo era lo vital ayer.

“Diversos comunicados señalan la fuente de disturbios a grupos de personas devorándose unas a otra en las zonas del norte, aunque otras fuentes dan cabida a la posibilidad de un golpe de estado por parte de un ejército desconocido apoyados por los terroristas de la Fe y los estudiantes de la libertad. Manténganse en sus domicilios, les mantendremos informados de los posibles…”

Ya nada volverá a ser lo mismo.

“-Ciudadanos de Hélike. Héroes anónimos. Camaradas. Lamento comunicaros…que me he visto obligado ha declarar el estado de guerra. En estos momentos, nos necesitamos más que nunca los unos a los otros…”

Y el miedo irracional se acomoda para quedarse.

“-Con la incertidumbre de poder seguir emitiendo comunicaciones desde la señal oficial del estado, me dirijo a ustedes, antes de la más que probable toma de los medios de comunicación por parte de los traidores, para transmitirles que fue un inmenso placer …”

Nunca han existido diferencias entre los animales y los humanos (sonrisa).

“-¡Han tomado la televisión, esos bastardos han...!” BANG.


Lights out Asia - The wrong message could end you

En blanco

De contener lágrimas

durante eones

esa simple foto

estalló mis ojos.


Siendo cuencas

no hay llanto,

vistiendo vacío

borro emociones.


Frío mármol

callada roca

inmutable piedra

me pertenecéis.


Siempre.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Ca10(PO4)6(OH)2

Sereís tuétano y calcio

y aún así, monstruos


tendreís el don de la vida.



Tek noir - In the name of the father

lunes, 24 de noviembre de 2008

Últimos momentos

Él me gritaba, pero ya no me importaba. Su voz se alejaba para siempre y todo olía a tierra mojada, como antaño, como en los cuentos que relataba mi padre antes de dormir. Incluso comencé a notar el calor de los rayos del sol, ese astro que nunca vi pero que tanto soñé y pinté.

Los gritos apenas eran ya audibles. Ni siquiera me molesté en abrir los ojos... ya estaban abiertos. Y solo luz intensa y calor uterino me regocijaban en mi ser. Me voy para siempre, lo sé, pero no tengo miedo. He intentado ser un buen hombre...y creo haberlo sido. Pero hasta eso carece ya de sentido ahora...

Castillos de arena, sábados de trementina, vientos de invierno.

Que grandioso es el cosmos.

Que apoteósico, el ecosistema del universo...

Madre...

Oscar "el Golem" y la frontera de la nada. (Hammock - Losing you to you)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Entre muertos

Justo hoy hace un mes que Frank nos dejó. No por su propio pie claro, si no por culpa de aquel musculoso monstruo de largas trenzas y gorra deportiva. Le arrancó el cuello de un mordisco y no había pegamento humano que arreglara tamaña mutilación. No dudó en tragarse ese trozo de Frank. Consiguió que vomitara y ahora hace que me quiera orinar encima. Me miraba fuera de si, con las venas del cuello a punto de estallar. Era una bestia.

- ¿Además de deforme eres sordo, tio?
- Eh... lo siento...- pude contestarle.
- Sigues consiguiendo que nadie te escuche, Rivers - le dijo con sorna Brian mientras pasaba sus dedos por su nariz.
- ¡Tú cállate hijo de puta! Y tú, capullo, te he dicho que me revientan los putos new romantics de mierda, ¿porqué nos has traido a este sitio? ¿También eres un puto maricón como ellos?
- Sargento, haz el favor de callarte de una vez - salió al paso Alexis.- Sentaos y pedir algo joder.

Era realmente incómodo sentarse junto a esos seres. Ninguno vislumbraba la esperanza de vivir, porque ya estaban muertos. Cansados y hastiados de todo. Una manada de rutina y carne en forma de hombres. Cuando nos sirvieron, y comenzó a sonar el Worlds away de los Strange Advance, Jostein, aquel calvo y enjunto antiguo compañero de Alexis, habló después de mucho tiempo sin hacerlo.

- ¿Qué mentira le has contado a Gein para estar tan seguro de que lograrás convencerlo?

Alexis sonrió y bebió de su vodka.

- Nada, lo que quería oir - contestó Alexis mientras encendía su cigarro.- Simplemete que podría hacer algo de lo que estar orgulloso antes de abandonar todo esto. No tenía nada que perder viviendo un poco más, cuando tenía toda la eternidad por delante para disfrutar de la inexistencia.

Brian no quitaba ojo a Jostein, reía como una hiena, siempre deseoso de beber del dolor de los demás.

- Perfecto - se limitó a contestar Jostein acomodando sus gafas de sol con el dedo índice.

Tuve la necesidad imperiosa de correr a casa y esconderme bajo las sábanas.

martes, 11 de noviembre de 2008

Utopía distópica

El viento en Helike está predemitado. No hace acto de presencia debido a un capricho celestial, si no a las estadísticas más antrópicas. Contra la pared desconchada de un callejon infesto de basura, su pelo jugaba con el aire a evitar mostrar sus ojos. Ojos de terror. Mirada de pánico.

- Tú fuiste,... tu serás una gran mujer - la pequeña comenzaba a contraer su rostro ante un llanto inminente. - No llores Lidia, por favor. No me temas...

Las lágrimas de ella se perdían en su desordenado cabello. No entendía la existencia como tal. Ni siquiera podía comprender porque un patético anciano se arrodillaba ante ella para procurarle su amor, un amor sucio que nada tenía que ver con el paterno. No quería volver más a ese tenebroso edificio que la vió crecer.

- Quiero irme...
- Lidia, tienes que comprender que eso es imposible - aquel viejo no sabía como hacer entrar en razón a aquella niña que tanto quiso. - Te prometo que no te haré daño...

Acto seguido, sin poder reprimir el calor del pasado, unió su hirsuta cara con la de aquella pequeña, buscando su diminuta lengua con la suya, como una boa húmeda ante su presa. Ahogándola, poseyéndola.

- Camarada general Numan le hemos estado buscando durante horas - interrumpió un hierético Exequias, mirando fijamente tan grotesca escena.
- Coronel... - Numan se sintió violentado por la presencia de su mano derecha e intentó inutilmente mantener la compostura. La niña lloraba. - No podía permitir... que esta niña escapara - tartamudeó.- Me he encargado personalmente de encontrarla, y espero un informe detallado de como es posible que una cria haya podido evitar los controles de vigilancia del jodido Ministerio para la Seguridad del Estado. Es una vergüenza.
- Porque lo sé todo de ti.- contestó la pequeña con la mirada fria y llena de asco. Su rostro pareció haber madurado cincuenta años y Numan palideció.

Exequias giró sobre sus pasos y miró al cielo. Ese cielo copado de antenas de televisión y donde nunca brillaba nada, como la nada que sentía al ver que, poco a poco, el gobierno de Hélike se estaba desmoronando por las bajezas del hombre.

"El sistema era perfecto, los imperfectos fuimos nosotros", escribió en su pequeño diario al llegar la noche...


Absurd minds - Master builder

sábado, 25 de octubre de 2008

Diálogos atrincherados

Tomaban agua de cebada caliente mientras los mortales dormían. Las trincheras eran las únicas testigos mudas que grababan en su arena y alambre, las voces de dos soledades.

- ¿Sabes Alexis? Cuando todo esto acabe, viajaré a Dubrovnick.
- Bravo por ti.
- Si, volveré de nuevo. Algo desde mi interior suena como un zumbido, siempre que estoy a solas y en silencio, empujándome a ir allí.
- Quizás ya no exista ese lugar. Los siglos son las azadas del tiempo y no perdonan el orden que le dimos a la Tierra - Alexis miraba fijamente al oscuro horizonte, más allá de los puentes de Hélike, donde les esperaba una tremenda batalla.
- Tienes razón -le contestó Radic observando también las luces del otro lado-, pero los olores, la brisa del mar, el cielo azul, todo eso no habrá cambiado.
- ¿Lo necesitas, verdad?
- Si, necesito algo familiar. Incluso si se da la posibilidad, buscaré un viejo submarino nuclear del mar del norte, y haré sonar su sónar - Radic sonreía.
- Al final todos somos como Numan.
- En parte si, pero pocos podriamos haber construido un mundo como hizo él.
- Todos lo hubieramos hecho tarde o temprano. Él tan solo se nos adelantó.
- Así que todos somos monstruos...
- No, todos somos hombres... - y Alexis tomó un sorbo de su taza oxidada.
- Es curioso que digamos eso, dada nuestra condición.
- Jejeje, si, y no he querido ser irónico.
- Esta infusión no está del todo mal, ¿eh?
- Para las pocas cosas que hay para echarse a la boca, no.
- Estos pobres tipos del inframundo lo deben estar pasando mal.
- Si, pero el hambre lo combaten con un ideal. Ya quisieramos tener nosotros algo de eso... - y Alexis se vio interrumpido por el sonido lejano de un mortero.
- Deben ser los ejércitos de Jostein y Brian, esa zona era la de ellos.
- Si, esta noche tomaban la televisión del estado, mañana toca propaganda...
- Guerra psicológica...
- Oye, Radic - Alexis se volvió a su compañero y le miró a los ojos-, siento lo de Laura.
-¿Por?
- Creo que me siento mal por lo que te hice, solo me empleé con ella como un utilitarista. No sentí nada por ella mientras follábamos, solo la utilicé. Lo siento camarada capitán, de veras.
- No te preocupes - Radic volvió a observar ensimismado las luces del otro lado del río-. Yo también la utilicé camarada coronel.
- No entiendo...
- Nada, que al final todos hemos sido unos cabrones con ella. Todos necesitamos algo y nunca hemos sabido proporcionárnoslo. Es curioso, al final solo nos tenemos a nosotros mismos. Cuando todo esto acabe voy a sorprenderme de echar de menos a Neil o incluso a Gein...
- Joder, y yo también.
- Al final todos necesitamos algo familiar donde apoyarnos para descansar de vez en cuando, en la maratón de la existencia.

Alexis alzó su taza y la chocó con la de Radic.


viernes, 24 de octubre de 2008

Trailer

- Son trescientas personas las que pesan en nuestras conciencias.

En un mundo donde el sol nunca ha existido.

- Alexis, no creo que esto sea moralmente aceptable.
- Eres demasiado bueno, Oscar, demasiado bueno.

"¡BLANG!"

Una ciudad estado aislada en el tiempo bajo una cúpula de horizontes oscuros.

- Tranquila pequeña, no tienes porque tener miedo. Solo te daré dulces caramelos, ven conmigo a mi casa.

Donde los héroes se confunden con la herrumbre de los hombres en un estado nostálgicamente socialista.

- Que dios "os" bendiga - Y todo estalló por los aires para dejar solos al silencio y al dolor.

Una noche interminable bajo la eterna mirada de un general y los sueños de su locura.

- ¡¿Y qué quieres que te diga, Radic?! No puedo sentir algo que no siento, joder...
- Con una disculpa hubiera bastado - y la puerta se cerró.

- Qué solos estamos en el cosmos, y que difícil es sentir empatía por ti - y ella expiró con un fino hilo de sangre en la comisura de sus labios.

Donde las luces de neón son las estrellas, la new wave y el shoegaze el murmullo del mundo y el caballo y el crack la canoa de Caronte.

- Ahora os necesito más que nunca - le dijo despegando su pie izquierdo de aquel suelo cubierto de eyecciones orgásmicas.
- Hacía tiempo que nadie me hacía sonreir.

Queda poco tiempo para que todo se venga abajo y los que permanecieron mudos durante siglos, griten con la misma fuerza con la que fueron reprimidos.

- ¡No fuimos entrenados para la guerra, no tenemos ni idea de combatir en un campo de batalla!
- Y dime ¿Cuántos eones hace que no realizas nada nuevo en tu vida? - le contestó sonriendo.

- Se avecinan tiempos difíciles, capitán.
- Y los voy a disfrutar como si fueran los últimos, porque lo serán - Jostein lo miró con desconfianza.

En una guerra que nadie esperaba, los cimientos de toda una civilización se verán obligados a comprobar lo vulnerables que siempre han sido.

- Todo era mentira...
- ¡No te mueras, joder! No, ahora nooo...
- Confío en él y se que vendrá.
- Lo sabía, Neil....
- Hasta siempre bastardos.
- Soy el pastor de los muertos y vengo a por mi botín de carne.
- Míralos, parecen los muertos de los que tanto nos quisieron proteger con la cúpula. Los hombres en su puro estado irracional. Animales.
- Te dí la oportunidad de ser inmortal, un metahumano.
- Nunca podré perdornarte al castigo que durante cientos de años... nos has sometido.
- Hasta siempre, señores.

La enésima oportunidad del ser humano, para empezar de nuevo...

- Inmortal... que bien suena eso, Marburg - sonreía mientras tomaba el último trago de su vaso - vives eternamente, como la luz.
- Si, vamos, como una puta bombilla.

El hombre, no está preparado para la eternidad...


Catherine Wheel - Black Metallic

jueves, 16 de octubre de 2008

Adiós recuerdos, adiós

Le faltaban trozos de cuerpo pero aún se mantenía en pie. Después de su discurso, Numan se acomodó en su asiento. Era el turno de Alexis.

- Nunca podré perdonarte al castigo que durante cientos de años... nos has sometido. A una vida que nunca nos ha sido familiar, ni un solo puto recuerdo, ni siquiera una voz conocida en este mundo de mierda. Todo por tu patética nostalgia. Ni siquiera esto se parece a aquel mundo. Que te quede claro Numan que es un tiempo que ya nunca más volverá...

Numan sonrió.

Y el arma cuántica de Alexis comenzó a brillar.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Lo siento camarada

- Si hay algo que no pueden poseer las células individualizadas, por sí solas, es memoria - le dijo aquel anciano de bata blanca y voz temblorosa.

Numan, desde el fondo de su mesa y ayudado por la penumbra, apenas parecía gesticular.

- Hemos conseguido un clon perfecto de la que fue su esposa y su hijo, se están desarrollando conforme el crecimiento normal de un ser humano y en unos años, cuando adquieran la edad deseada, pasaremos a establecer el proyecto Neogénesis en ellos - ni siquiera el cigarro de tabaco negro calmaba su voz.- Pero no serán los que usted recuerda, físicamente si, pero solo eso...

Otros espectadores silenciosos, que se encontraban alrededor de aquella interminable mesa , contemplaban sin rostro las palabras de aquel pobre hombre que soportaba el tremendo peso de la veracidad científica.

- Los recuerdos, las vivencias, el aprendizaje, todo ello se esfumó cuando ellos... marcharon - y apretó con fuerza la colilla en el inmenso cenicero naranja.- En esa época no era ni siquiera utópico pensar en trasladar la conciencia a una interface digital, apenas había conocimientos neurofisiológicos...

El zumbido de los monitores que plagaban la sala era lo único que acompañaba las pausas del monólogo de aquel hombre.

- Son otros los que ahora conviven con usted. Lo siento en lo más profundo camarada general Numan...

- Este es el mundo que he creado para ellos y yo les enseñaré - le contestó secamente un Numan con los ojos húmedos.

Y los monitores se apagaron.

sábado, 11 de octubre de 2008

Hasta siempre...

"Hace un año que hablé contigo por última vez. Han ocurrido tantas cosas desde aquello que ahora nada se parece a lo que inocentemente vivíamos. En trescientos sesenta y cinco días, ciento ochenta grados son del todo plausibles. De oler tu pelo por las mañanas a visitar tu nicho una vez al mes, de no tener preocupaciones a ser buscado por alta traición de estado y asesinato en primer grado, de estudiar a atentar, de soñar a vivir.

Nadia, cuanto te echo de menos y que poco me arrepiento de mi venga
nza, me importa una mierda que fuera mi puto padre, lo volvería a repetir. Me siento sucio por lo que te hizo, soy parte intrínseca de su genoma y tengo mucho miedo de que algún día yo haga algo parecido,... tengo verdadero pánico pequeña.

Me vuelvo a despedir de ti. Lo siento, pero algo comienza a bullir en Hélike, algo grande. Nos visitaron hace un mes, clandéstinamente, unos individuos que trabajaban hace tiempo para el gobierno y quieren cambiar las cosas. Gente muy extraña, como si hubieran permanecido aquí desde siempre, son inquietantes. Y me temo que estaré lejos bastante tiempo, creo que este es el final que todos ansiábamos de este gobierno opresor, el mismo que te puso fin... De una vez por todas, Nadia, dejaremos de comer cadáveres humanos y detritus para evitar la droga alimentaria y derribaremos esta cúpula asfixiante. Todo será un mundo nuevo que volver a construir, como colonizar el lucero del alba. Te juro que lo haré lo mejor que pueda, y que nunca te olvidaré. Te extraño.

Y
tras la guerra, el viento barrerá los trozos de tiempo que atrapamos, convirtiéndonos en seres anónimos...".

Adrián Tavernier (el hijo de la represión)
De Izq. a Dcha. Victor Vieira, Nadia Fodor, Fat father, Adrián Tavernier y Hector K. Schwarzschild

domingo, 5 de octubre de 2008

Espacio-hombre-tiempo

El hombre trata de protegerse de los otros a través de leyes y de si mismo por medio de principios morales. Pero una característica innata en él, es que intenta una y otra vez sobrepasar levemente o en su totalidad esas veredas que demarcan lo "bueno" de lo "malo"; lo "correcto" de lo "incorrecto". En el caso de las leyes está expuesto a la sanción o a la coercibilidad y en el caso moral, al escarnio público o a su autodestrucción como individuo... o no.

La astrofísica nos ha relegado del centro del cosmos a la cuneta de la carretera láctea, la biología evolutiva de la especie hegemónica a un cúmulo de mutaciones azarosas, la neurofisiología del culmen de la creación a un mero receptor distorsionado de sensaciones. Pero es la biotecnología celular la que nos ha dado el cetro del "Creador".

Los Simple minds volvían a la vida en un video músical entrañable, en ese salón donde el tiempo no existía. La televisión tenía el don de devolver a aquel anciano a la época donde lo tuvo todo para luego perderlo. Un Ethan Numan desnudo, mediocre y patético, sobre una cama coronada con una radio en forma de cabezal, empujando una y otra vez su sexo contra el de una joven de quince años, el clon perfecto de la que fue su mujer hace siglos. Un cuadro de una cacería decimonónica observaba la cúpula prohibida, lo acompañaba una lampara colgante de grandes esferas y una enorme estufa eléctrica. Numan estaba en el ayer, feliz.

El poder de la creación tuvo en consideración a un depresivo y le recompensó con la vida de los muertos. En una de las últimas décadas de un siglo convulso, Numan pasó de ser un simple hombre, a emular a una deidad. La muerte de los tuyos es la prueba de vida más difícil de todas, o la superas o te conviertes en un artificio humano.

Numan eligió lo último, rodeado de las imágenes especulares en forma de carne de los que perdió, protegido por las legiones de los muertos, alojado en el laberinto de Creta en forma de moderno edificio, rodeado de una ciudad-estado donde nada tenía sentido, objetivo de los que no comen de su alimento y desean escapar de una cúpula que los aisla de la Tierra... o no.

Sus actos podrán ser juzgados por otros hombres, pero no por lo que está por encima de su naturaleza. La fauna cósmica no viste de toga cuando juega con supernovas...

Droom - Copenhagen

sábado, 27 de septiembre de 2008

Bruma electrónica

La ambivalencia la mata y el relativismo la aniquila.

Volvía a casa tras un rato dando vueltas por el rabal, bebiendo absenta y fumando crack. Abrazada a si misma no conseguía levantar la mirada del suelo empedrado, donde antes transcurrían carruajes ahora lo hacían taxis. Evitaba a la gente, por lo que se dejaba llevar por un zig-zag de callejuelas. Le daba igual llegar una que cinco horas después, tenia todo el tiempo del cosmos.

Una mano curtida la cogió en peso y la otra la invitó a desnudarse apoyando un cutter en su cuello. No apartaba la mirada del suelo húmedo, no lograba entender los gritos amenazantes de aquel que solo veía en ella un sexo.

- Soy bruma de electrones, a pesar de que penetres mi carne nunca conseguirás fusionarte en mi esencia.

Ni las verdades absolutas pueden contra los actos triviales del hombre. Nada de lo verdaderamente importante puede frenar los impulsos, las ideas enquistadas y el modo de actuar de los seres humanos, encerrados en banalidades que se esfumarían con el respiro de un quasar. La ambivalencia moral del acto que estaba por realizar le hizo mirar el sexo ciclópeo que la amenazaba, impasible busco los ojos de su dueño y solo vio a un ser más débil que ella. En potencia era una asesina, por lo que no le llevaría la contraria. Deus ex machina.

Abrazada a si misma en la medianoche de su vida, notaba con los dedos de sus pies la húmeda masa encefálica del que una vez respiraba tras su nuca. El acto acabó con una vida. Hace dos minutos existían dos en aquel callejón, hasta ella duda de que ahora exista alguna. Solo es bruma de electrones, vacío material que contiene pensamientos vacíos. ¿Cómo el vacío podía imaginar, pensar, soñar? ¿Cómo puede la nada cuántica poder sobrellevar el relativismo moral de un acto?

- Oh Radic, hijo de puta te quiero ¡Radic, ¿dónde estás?! Te necesito ya... la existencia me está matando... ¿donde estás? Hijo de puta...

Vomitó sobre el cráneo abierto, y volvió a meterse los dedos. La lluvía comenzó su papel de barrendero y ella sonrió.

Existir demasiado conlleva serios problemas para cerebros que tras millones de años de evolución, no están preparados para la eternidad. Mañana será otro día, trivialmente humano.



Trisomie 21 - Midnight of my life

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Momento varado

Las estrellas de este lugar están hechas de luces de neón. Es fácil llegar a esa conclusión cuando se observa la vasta inmensidad de Hélike desde la ventanilla del metro, a su paso por la ladera del monte Io. Como una lombriz mecánica y torpe, surge de las entrañas de la tierra para reptar por unos railes elevados que solo le dará unos minutos de respiro, él pertenece a las profundidades.

A altas horas de la madrugada, mi vagón permanece solitario, como burlona síntesis de mi vida. El rosario transcurre una y otra vez por mis viejos dedos, huérfano de rezos, bastardo de nihilismo. Y el hilo musical entona una y otra vez la misma pieza, creando el estado ideal de melancolía, el escenario estático de un recuerdo. Que bién se lo ha trabajado Numan.

Me mezco suavemente al compas de las irregularidades de las vías, adentrándome indiferente en la sombra imponente de la montaña, dejando atrás las estrellas de neón, los taxis y el vaho de las alcantarillas. Y todo desapareció de mi ventanilla, la roca granítica e inmovil atrapa los vagones devorándolos como a un gusano. Pero la ciudad sigue ahí afuera, la experiencia de la continuidad del espacio y del tiempo que mi rudimentario cerebro humano me ha proporcionado con la experiencia, me hace creer la falacia de la realidad... oh dios, otra vez el razonamiento, otra vez la garganta de la tierra que me deja a oscuras. Otra burlona síntesis de mi vida.

Jostein Jhonsen - Viajes después de una explosión.


Trisomie 21 - Come in paradise

martes, 16 de septiembre de 2008

La carrera contra el tiempo

La música de su walkman hacía que corriera más rápido, ni EPO ni ostias. Por entre el tumulto de gente y tráfico de coches, Frank se dirigía veloz a por su jugosa mercancía que tan bien cuidaba Oscar. Aislado del mundo gracias a sus enormes auriculares, chocaba sin importarle con trabajadores o punkies de inverosimiles crestas. Algún automóvil que otro frenaba de golpe para evitar atropellarlo, una cabeza enfurecida emergió de la ventanilla de un seat panda incrépandolo en el silencio de su música, él respondió con un amable dedo mientras esquivaba una motocicleta.

No tardó en llegar al postigo de su amigo y que éste le abriera desde su interfono. Eran cuatro plantas sin ascensor que subió sin flaquear y no fue hasta llegar a la puerta, cuando los Public enemy dejaron de sonar. El olor a trementina era inconfundible, Oscar estaba creando.

- ¿Que tal, Frank? - le recibió Oscar mientras limpiaba con un trapo uno de sus pinceles.
- De puta madre, tio - le contestó observando curioso la decenas de lienzos colgados en aquellas paredes sucias y llenas de brochazos perdidos.- La verdad tio, no entiendo nada de lo que pintas, eso sí, da miedo joder.
- Pues entonces no lo hago nada mal - sonrió con su enorme boca.- ¿Vienes a por lo tuyo?
- Si, tio.
- Sabes que no me hace mucha gracia esconder esta clase de cosas - le comentaba Oscar mientras desaparecía por el largo pasillo.
- Vaya tela de cuadro - se decía a si mismo Frank, mientras que con la boca abierta contemplaba la tela que descansaba en un caballete y que estaba a medio a acabar. Varios rostros humanos se amontonaban unos sobre otros, con sus caras descarnadas, dejando entrever entre sus jirones de carne los rostros que se encontraban por debajo.
- Aquí tienes - le dijo Oscar ofreciéndole un pequeño paquete envuelto con cuidado.- Y haz el favor de tener cuidado.
- Claro tio, con lo que saque de esto te invito mañana a una ronda de vodka en Ática.
- Si claro, que menos - Oscar volvió a coger uno de sus finos pinceles y se quedó mirando el rostro de su joven amigo.- ¿Qué son esas manchas que tienes en la cara?
- ¡Ah!, no lo sé tio, aparecieron de la nada hace cosa de una semana, voy a tener que ir al doctor en breve a ver que pasa - le contestó sin darle mucha importancia.- Oye Oscar te dejo que llevo prisa, te cojo una cuchara y papel de aluminio antes de salir, ¿ok?
- Si, anda y cuidate. Tienes una vida por delante,... toda una vida - se quedó meditando Oscar mientras un portazo lo dejaba de nuevo en silencio.

Y Frank siguió corriendo escaleras abajo, atravesando las calles mientras brincaba y movía sus brazos al ritmo de su música, sin importarle el presente, ni el futuro. Corre Frank, corre más que el tiempo, que éste pronto te alcanzará en alguna esquina de esta ciudad donde las luces nunca se apagan...

The Organ - Memorize the city


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Caleidoscópica realidad

"El acto más anodino o la miseria humana más execrable pueden ser convertidas en el suceso épico más grande de la historia.

Una melodía apropiada, una velocidad de imagen adecuada y un plano conseguido hacen que lo trivial, superfluo o intranscendente sean fácilmente transformados en hitos.

Dadme una imagen y yo os proporcionaré un hecho histórico...".


Dennis Adameck. Director de Información y Propaganda del Estado.

martes, 9 de septiembre de 2008

Otro momento perdido

Las persianas metálicas se alzaban como un telón con su característico ruido férreo creando el compás de la mañana junto con las notas del afilador, era la sinfonía del comienzo laboral.

- Lo único que buscas es una figura paternal - le dijo mientras le acomodaba uno de sus zapatos.


Los niños lloraban mientras eran arrastrados hacia el submundo de los castillos grises con verjas y mesas verdes. El magazine matinal comenzaba a sonar en la televisión del piso de arriba mientras un marido sin esperanzas increpaba a una mujer sin marido.

- ¿Es que crees que eres adivino? - constestó ella sintiéndose incómoda, mezclando su sangre una y otra vez con el sherpa de la evasión.

La sirena de una ambulancia regalaba efectos Doppler en la ventana.

- Son muchos años de experiencia humana. Puedes poner una coma o no al término de mi frase y ambas tendrán un significado adecuado a mis circunstancias - al fin pudo cerrarle la hebilla, se incorporó lento y la miró fijamente.

Dos despertadores sonaron al unísono en el patio de luz, convergiendo destinos diferentes.

- Siempre es Noviembre en tus ojos - se soltó la goma, puso los ojos en blanco y se tumbó en la cama.

Mientras dejaba que la heroína surtiera efecto sobre ella, vestida y abrazada a la almohada, él encendió el primer cigarro del día en el portal de aquel edificio. Las luces de Hélike se hicieron más claras, emulando una mañana. Empezaba un día nocturno y el sabor del tabaco borraba las huellas de un sexo sin nombre.

Buenos días.

Slowdive - Some velvet morning


viernes, 29 de agosto de 2008

Oh Gein, oh monstruo

No sabía distinguir si aquel impulso era meramente debido a su desviación sexual o quizás, a la melancolía de tiempos que ya no vendrán jamás. Con sus mórbidas manos agarrando aquella verja, observaba mudo a decenas de niños correr detrás de un balón o creando mundos en la hora del recreo.

Él no recordaba el patio del colegio de esa forma, sumido en una noche que nunca se acababa y solo vigilado por enormes focos de luz sintética.
Hubo un tiempo en que el sol del mediodía jugaba a crear sombras con la pelota, a salpicar de destellos las gafas del más listo y a secar las lágrimas del perdedor. A pesar de que los pocos recuerdos que aún le quedaban no eran felices
y ya no volverían nunca más, al menos parecían inocentes. Apoyó su cabeza sobre la verja, cerró los ojos y se desmoronó. Toda una masa grasienta y sin vida temblaba de desesperanza e impotencia, sin advertir, que al otro lado de la valla una niña de coletas lo miraba preocupada. Acercó su mano a la de él entregándole lo más preciado que tenía en ese momento. Gein abrió los ojos, la observó detenídamente como un animal ante una amenaza y cogió lo que la cría le ofreció. Era tan solo una pequeña tortuga de madera la que descansaba ahora en su mano, la niña sonrió ofreciendo nostálgicos huecos dentales y se fue rápidamente a resguardarse de la lluvia que comenzaba a dar signos de vida sin previo aviso.

Gein guardó aquel obsequio en uno de los bolsillos de su gabardina y se dió un grándisimo bofetón en la cara.

- No, hoy no maldito monstruo, ¡¡¡¡hoy no!!!

No hubo sol para secar las lagrimas del perdedor.


Slowdive - Country rain


martes, 26 de agosto de 2008

Vibraciones temporales

El tiempo verdaderamente se había detenido, no cabía ningún género de duda, el fluir temporal se había tornado tan sólido y estático que nada tenía que envidiar al monte Io. Consecuente con ello, se dejaba llevar entonces por notas estáticas que solo variaban a su antojo, conformando la melodía en la que sus oídos querían regocijarse. El último baile en Ática.

Ella levantaba los brazos por encima de su cabeza para luego volverlos a llevar a su posición original, no sin antes acariciar su voluptuoso cuerpo. Sentía que los pliegues de su piel se barnizaban de sudor, sabía que muchos acólitos de la testosterona la observaban como el postre de la última cena. El Dj era su aliado, las luces solo buscaban su figura para jugar con su sombra, no podía dejar de sonreir. El tiempo podía haberse quedado sentado en los restos del muro de Berlín, pero la música ya no podía verse más inmersa en los dictámenes caprichosos de un devenir temporal, ahora cobraba vida y se veía ataviada de textura, de color y de olor. Ella se extasiaba, ella era completamente féliz, ella estaba enamorada...

Él único ser de Hélike con el que realizaba el trueque más viejo del mundo, no la quería por sus turgentes pechos, ni por sus insinuantes caderas, ni por su tierna vulva. Cuando empujaba su cadera sobre la de ella, la miraba a los ojos, penetrando su cuerpo y su esencia, la había transportado a los confines del cosmos y se habían fotografiado junto al Blazar de Andrómeda. Él era distante, extraño y único, como si no perteneciera a este mundo pero dando la sensación de que había estado siempre aquí. El señor Marburg era el nombre que la golpeaba una y otra vez en su cabeza. Sus pies eran suyos.

La hora llegaba, porque la mezcla de mescalina, crack y alcohol no tenía suficiente poder para detener el tiempo cósmico, más alla de nuestros lóbulos frontales. Fuera de Ática, dirigiéndose por el camino del pantano hasta la rivera del río, le esperaba el fin de sus días. Estaba escrito en un papel ruinoso con letras curvas y tinta azul. Eusebio "dolor" Velasco se encargaría de hacer de Caronte esa noche, remaría lo justo para llevarse a veinte de sus chicas al viaje sin retorno, como máxima ejemplificadora de que con él no se juega. Entre sus billetes no hay ninguno que contega en el reverso la palabra amor...


M83 - Couleurs

jueves, 21 de agosto de 2008

Entre los restos

El hecho de ver a Jostein sentado sobre el resto de lo que fue un duplex burgués, lleno de sangre y suciedad, le hizo gracia. Le resultaba la síntesis del fracaso de los ideales humanos, esos valores que tanto se esfuerzan en defender los más puritanos e hipócritas realizando cruzadas para enmudecer gargantas.

Brian contemplaba aquel escenario de destrucción de los barrios del Oeste de Hélike, aquellos que albergaron una vez a las personas más interesantes y envidiadas de la cúpula: dinero, drogas, famosos y poder; hermanos y padres del capitán Willis. Todo le resultaba tan familiar y a la vez tan ajeno, que para paliar ese sentimiento se forzaba a observar, tácito, la obra teatral que había permitido sin el consentimiento de Jostein.

Miles de los hombres que formaban las legiones que comandaban el teniente Jhonsen y él mismo, se esforzaban en violar a toda mujer que encontraban entre los restos de aquel paraje de naturaleza muerta. Como muertas quedaban todas para el resto de sus vidas, marcadas por los sexos mutados de sus verdugos sexuales. Allí todas eran iguales: sirvientas, nobleza, actrices y putas de lujo, el olor de sus coños no ofrecía distinción de casta. Ni un grito, ni un lloro, todo era silencio en aquella orgía grotesca que de vez en cuando se veía interrumpida por el gemido de un rápido orgasmo sobre el vientre de alguna víctima.

Los libros de historia algún día hablarán de ellos como héroes al liberar a Hélike de un sistema opresor, como lo han hecho con muchos otros hechos a lo largo de las edades del hombre. La letra pequeña que escriben las manos de los que bebieron del horror, tiende a diluirse para acabar por no existir. Brian Willis nunca se ha considerado un héroe, ni nunca se le pasó por la cabeza serlo, solo pone a prueba su humanidad con hechos que ponen en duda la naturaleza de ésta, para demostrar lo simple que es pertenecer a su especie.

Jostein, en cambio, admiraba la complejidad del hombre y por ello se hundía en su miseria al no poder comprender porque sentado sobre ese bloque de hormigón, observando miles de cópulas forzadas, no llegaba a empatizar con las víctimas de aquella masacre a la dignidad. Solo podía disimular aquello haciendo ver a los ojos de un ser invisible y neutral, que todo ello le afectaba en lo más profundo de su mente. Pero no podía dejar de intentar introducir pequeñas piedras en el orificio dejado por un mortero.

Al final todo se reducía a esa trivial acción.

miércoles, 13 de agosto de 2008

La noche del alba

Todo olía a pólvora. Una de las grandes fiestas de Hélike comenzaba su representación teatral en forma de fuegos artificiales, mientras que uno de los máximos guardianes de la seguridad del estado terminaba su larga jornada laboral. Todo el mundo celebraba aquellas explosiones de colores que plagaban la inmensa bóveda de la cúpula, eran tiempos de miradas al cielo.

Tavernier no era muy dado a este tipo de celebraciones, quizás debido a que en esas circunstancias la ciudad era más vulnerable y también debido a lo molesto que le parecía aquel ruído de los cohetes. Por ello, se daba prisa en coger su viejo ford fiesta marrón para llegar cuanto antes a su hogar y poder descansar en paz mientras veía, con la mente en blanco, algún programa nocturno de las dos cadenas de la televisión estatal.

Con el chirriar de las ruedas, el automovil tomó rumbo en dirección a los barrios residenciales del oeste. Los fuegos de colores se reflejaban en los cristales del coche cambiando virtualmente la tonalidad de piel de su piloto a cada explosión. El cielo se iluminaba, una manera de recrear los amaneceres que los antepasados disfrutaban tras cada noche. En Hélike siempre era de madrugada, nunca había vivido un despertar del sol.

Tavernier no sabía que en esa precisa noche de fiesta, acabaría conociendo la traición del legado de su sangre y esperma. No le hacía gracia que su hijo saliera con esa libertina llamada Nadia, la que luego sería la culpable de la caída de todo por lo que había luchado. En el trayecto meditaba que podría hacer o decirle a su hijo para que aquella mujer no enturbiara el orden que había establecido en sus vidas. No soportaba la idea de la improvisación, ni para su familia ni para Hélike, todo debía ser controlado y constante. Y por paradójico que pareciese, la rutina, la monotonía y el terrible parecido de los días, le entristecía.

Porque todos los días deben ser iguales, porque los cambios no tienen por qué acontecer progresos, porque el progreso es la ruleta rusa de los temerarios que juegan con el futuro.

Hélike no tiene historia, es el estatismo hecho ciudad...

Iris - Nobody wins

martes, 5 de agosto de 2008

Veranos nucleares

Debería haberle abrasado el rostro, pero no sintió nada. A su alrededor, decenas de cuerpos en combustión se convulsionaban como si de una danza tribal se tratase, hasta que la musica paró para dar paso a humeantes restos de carbón. Era la sinfonía del estallido nuclear. Sabía que la temperatura allí era elevada, su piel se derretía pero no sintió nada.

La sensación de calor solo era un mero recuerdo de los vetustos días en la playa, con el olor característico de la espalda de ella, mezcla de salitre, protector solar y verano. Comenzó a salir de aquellas trincheras como podía, esuchando los gritos de los que se desgarraban de dolor, le recordaban a las gaviotas que sobrevolaban el puerto en las tardes de Dubrovnick, cuando el único problema era no mancharse con el helado que corría líquido por sus dedos.

Eran tiempos díficiles y solo podía escudarse en la memoria de un verano que ya no volverá, porque ni el escenario ni los actores existían ya. Solo quedaba él y el terrible dolor de no sentir ni el calor que hacía que su piel burbujeara.

El olor de su espalda, el susurro de las olas, la arena pegajosa, el sol abrasador, las miradas fruncidas, la gota de sudor, la garganta reseca, el graznido de las gaviotas, ella cabalgando sobre mi vientre, el olor de las algas, los incansables grillos, la noche de las ventanas abiertas, el rumor del mar, el fin de los momentos...

Y hubo otra explosión.

sábado, 2 de agosto de 2008

En la última noche

Era la última noche, y no pudo despedirse de ella. La última noche en la que sus pies jugarían a la guerra de los dedos bajo las sábanas y en la que su saliva se entremezclaría con la de ella. Que inquietante parece no saber el fin de nuestros días marcados en los calendarios de polvo de estrellas del determinismo cósmico.

Bajó rápido por las escaleras de emergencia de su edificio colmena sin haberle dado tiempo a darle un beso en la mejilla, el negocio estaba a punto de abrir y andaba justo de tiempo. En su frenética marcha no podía siquiera intuír que aquel con el que tuvo unas palabras noches atrás, acerca de la naturaleza del tiempo, acabaría precisamente con el suyo.


Ática se erigía sin concebir que era el último día que iluminaría los rostros de cientos de hombres sin sueños, solo alienados por los focos y las sustancias evasoras. Luces de neón y notas de saxofón fugaces pasaban alrededor de aquel camarero de pupilas asimétricas que llegaba tarde a su trabajo. Corría con la ilusión de que se avecinaba un ser creado con su carne, la noticia que ella le había lanzado le llenó de aliento. Quién lo iba a decir.

Como una exhalación dobló la esquina, en la que reinaba desde hacía décadas un taller de recauchutados, para encontrarse de bruces con el que había sido su trabajo durante tantos años. Un "lada" verde pasó a su lado como perseguido por el demonio, sus ojos no pudieron evitar encontrarse con los de uno de sus ocupantes. Nanosegundos de miradas de disculpas y resignación.

Cuando todo voló por los aires y él quedó atrapado entre hierros incandescentes que pondrían punto y final a su historia, se acabó dando cuenta de lo importante que hubiera sido haberle dado aquel beso aún con el riesgo de haberla despertado, ahora ya no le daba importancia al hecho de que siempre amaneciera con mal genio. Lo terrible del día a día se vuelve trivial en la útima noche...

M83 - Skin of the night

martes, 29 de julio de 2008

Compra-venta de soledad

- Me inquietan mis propios pasos - le dijo mientras se desproveía de sus calzoncillos amarillentos.

- ¿Porque no sabes a donde te llevan? - le pregunto ella entre dientes, mientras sujetaba con su boca la goma que presionaba su brazo para ensalzar sus castigadas venas.

- Porque no sé de donde vienen...

Veinte minutos después, ella cogió sus dos mil pesetas y se largó dejándolo solo, con los ojos fijos frente a la carta de ajuste.

Migala - Aquel incendio.

domingo, 27 de julio de 2008

Volver a empezar

Ya todo había acabado, y de la mejor manera posible. La victoria, tras años de batallas y luchas encarnizadas, por fin llegó. Aquel día parecía que nunca iba a aparecer por entre las cortinas de las horas de infinita espera, muerte y destrucción. Cuando se proclamó la victoria, tardaron tiempo en concebir que verdaderamente la habían conseguido. La algarabia de la población era patente.

El grupo que lideró iba disminuyendo en su vuelta a casa. Poco a poco, sus hombres iban quedándose en los lugares de origen, según los iban alcanzando. Se despedían con un abrazo, una sornisa y un apretón de manos. Muchos sabían que no iban a volverse a ver jamás y otros estaban seguros de que cuando las ciudades se reconstruyeran, pasarían uno al lado del otro y no se reconocerían, el tiempo erosiona los recuerdos.

Una sensación incómoda le apretaba la garganta según iba quedándose solo. Cuando el último de ellos se despidió de él, la presión de su nuez era insoportable. Hacía memoria de todo este tiempo, en el que su cabeza estaba ocupada en un solo objetivo. Días y días de esfuerzo para no perder la vida ni la de los suyos. Ahora le esperaba su casa vacía, sus tierras y algo de ganado.

Caminó durante unos días más. Llegó hasta un gran olivo, el cual proyectaba su sombra majestuosamente por aquellas tierras rojizas y silenciosas. Se desnudó y se sentó bajo él hasta covertirse en huesos,y luego... en polvo.

sábado, 26 de julio de 2008

Los hombres

No es el momento para creer en los hombres, aún no se dan las circunstancias.

Pero... ¿Son esos los hombres que a pesar de sus formas humanas, pululan el tiempo y el espacio presas de un alienado concepto de la realidad promovido por un estado totalitario y obsoleto? O quizás... ¿Hombres son aquellos que ni tan siquiera sus formas alcazan las reminiscencias de lo humanoide pero que en sus actos llevan los ideales humanos que hicieron tan grandes a sus antiguos y olividados predecesores?

O bien, puede ser que con menos posibilidades, sean hombres aquellos que levitan en el tiempo con actos sin vida, con rostros sin vida, con alientos sin vida.

Aún no se puede aprehender la esencia del hombre.

Ministerio para la Seguridad del Estado

El brazo ejecutor de Hélike. Compuesto por miles de hombres, tanto civiles como fuerzas y cuerpos de seguridad, velaban por la estabilidad del sistema. La homeostásis de un estado se regulaba por una retroalimentación negativa en forma de control y anulación. La sinergia perfecta entre hombres e ideal político.

El alto comisario Tavernier, pertenecía a la élite de esta cartera. Sus actos devinieron en un conjunto de sucesos que llegarían a colapsar todo aquello en lo que creyó y por lo que luchó. Él acabó con la vida de la joven periodista Nadia Fodor.

Fue en la madrugada de las almas, cuando el que pulula las calles tiene mucho que ocultar y poco que decir. Esas noches en las que la humedad se alía con el vapor y recrean los tiempos en que existían seres de otros mundos. Ella regresaba, sola, tras una reunión con los jovenes que pretendían una revolución. Hacía tiempo que no se la veía tan contenta ya que iba a formar parte de algo grande.

Y el vaho dejo entrever una silueta cerca del portal de su domicilio. La corbata de tonos sepia desvelaba sus intenciones.

Todo fue muy rápido. Un empujón, el brillo de una pistola en su sien y un sexo arremetiendo contra otro sin el permiso de unas piernas. El tiro fue silencioso, como la muerte de Nadia, como la mirada kantiana de un observador neutral en lo alto de un alfeizar, como la conciencia de un monstruo convertido en héroe de estado.

Esa noche Tavernier no pudo dormir, y se extrañó. Había cumplido con sus obligaciones, había liberado a Hélike de una terrible confabulación que amenazaba los pilares del socialismo científico en los que se sustentaba. Se extrañó que luego todo explotara. La conciencia no pudo con el deber.

Mazzy star - Fade into you


sábado, 12 de julio de 2008

Paranoia

Los demás vienen a consumir como terapia paliativa frente a la línea plana que representa a sus vidas, yo acudo a hacer mi trabajo. Cuando las dos hojas de la puerta se deslizan para darme paso al gran centro comercial, siento que estoy solo a pesar de la muchedumbre. Camino despacio, observando los escaparates, pero tan solo disimulo para buscar los puntos "calientes" como solía comentar Gein, donde colocar explosivos. Unos padres columpian a su hijo con sus brazos, el niño mira más allá de mis gafas de sol y siento su miedo.

Cuando más sumido está uno en su objetivo, más facil es que ocurra algo inesperado. A mi me ocurrió cuando sentí la llamada del señor... y ahora. Las luces principales se apagaron dando paso a las de emergencia, megafonía avisaba del desalojo en calma de los grandes almacenes. Vrøvl!. Cientos de "escarabajos", como llámabamos a los del grupo especial de operaciones, se hacían con posiciones en todo el perímetro. Venían a por mi. Vrøvl, vrøvl, vrøvl!.

Corrí como alma en el infierno por los pasillos de la juguetería. Sonrisas cristalizadas intentaban confundirme desde sus lejas. Las voces de los escarabajos gritaban órdenes por doquier, iban a dar conmigo, acabaría acompañando a Andrei en su purgatorio... ikkeikkeikkeikkeikke. Logré esconderme entre una montaña de peluches de colores pardos. Desde mi posición vi correr de un lado a otro a varios escarabajos y entonces fue cuando vi el fin de todo. Exequias, plantado fuera de la juguetería con el mentón en alto, como un Duce inmortal. Ahora estaba realmente seguro de que venían a por mi, apiadate min Gud. ¿Como sabían que estaba aquí? Alguno de los legionarios de la Fé me había delatado, bastards. Los ojos pétreos me observaban desde sus lejas...

Cuando se alejaron de mi posición, huí de allí rápidamente. El tiempo y el espacio empleado en mi carrera se escaparon de mi recuerdo, hacía siglos que no sentía ese miedo, me convertí en aquel niño que comprobó el vacío que se escondía tras mis gafas de sol. Venían a por mi, a llevarme al purgatorio del tiempo. Y es cuando comprendí que me equivoqué, fue todo tan rápido que ni siquiera reaccioné. Un error de atención y diez escarabajos pasaron junto a mi, uno de ellos se acercó y me grito que me fuera de aquel sitio. Aturdido por las sonrisas de los muñecos, no entendí bien lo que aquel tipo me decía, y me empujó violentamente en dirección a una salida de emergencia.

Caminando lentamente hacia la salida, intentando recomponer las piezas de lo sucedido, pude observar como Exequias, a lo lejos, usaba sus manos para desintegrar la materia, ni siquiera me sorprendió aquello. Lo que me impactó fue la sensación de que no iban a por mi, buscaban a otro, a un desertor del E-1, a Requiem,... el que huía con una sonrisa de muñeco.

Algo me está sucediendo, creo que me estoy volviendo paranoico (y la puerta de emergencia se cerró tras él)

Jostein Jhonsen. Demasiado tiempo en vida.

viernes, 11 de julio de 2008

La vuelta del hombre

Nadie advirtió que el fin estaba cerca. Los síntomas pasaron desapercibidos por entre miles de millones de seres humanos; normal, su atención fue desviada premeditadamente hacia cuestiones triviales. Como tuvo que ser.

Plaga apocalíptica escrita en textos apócrifos. Comenzaron a surgir focos aislados de pandemia devastadora por toda la Tierra, la cuarentena no hizo más que frenar el inexorable devenir de los acontecimientos. Un foco de infección dio a luz a otro a pocos kilómetros, y éste a varios a la vez. Cuando el terrible temor llegó a las colonias de cemento, grandes coches lujosos y lecciones de moralidad en forma de colonia y bronceado total, el humano volvió a ser humano. Depredador y temoroso de su fin, el instintó venció a la tan sobrevalorada racionalidad.

Ya no queda nada de lo que una vez se llamó civilización. De vez en cuando, en los caminos que antaño eran autopistas, puede verse a alguna figura humanoide arrastrar los pies en eterna penitencia. Son pocos los que quedan, y solo hacen que darle una falsa esperanza a su especie a traves de breves retazos de tiempo. De lo que estoy seguro, es que en Tierra, ya no quedan miradas de seres humanos.


Curiosos

Radar...

Tráfico de hombres