Nadie advirtió que el fin estaba cerca. Los síntomas pasaron desapercibidos por entre miles de millones de seres humanos; normal, su atención fue desviada premeditadamente hacia cuestiones triviales. Como tuvo que ser.
Plaga apocalíptica escrita en textos apócrifos. Comenzaron a surgir focos aislados de pandemia devastadora por toda la Tierra, la cuarentena no hizo más que frenar el inexorable devenir de los acontecimientos. Un foco de infección dio a luz a otro a pocos kilómetros, y éste a varios a la vez. Cuando el terrible temor llegó a las colonias de cemento, grandes coches lujosos y lecciones de moralidad en forma de colonia y bronceado total, el humano volvió a ser humano. Depredador y temoroso de su fin, el instintó venció a la tan sobrevalorada racionalidad.
Ya no queda nada de lo que una vez se llamó civilización. De vez en cuando, en los caminos que antaño eran autopistas, puede verse a alguna figura humanoide arrastrar los pies en eterna penitencia. Son pocos los que quedan, y solo hacen que darle una falsa esperanza a su especie a traves de breves retazos de tiempo. De lo que estoy seguro, es que en Tierra, ya no quedan miradas de seres humanos.
Plaga apocalíptica escrita en textos apócrifos. Comenzaron a surgir focos aislados de pandemia devastadora por toda la Tierra, la cuarentena no hizo más que frenar el inexorable devenir de los acontecimientos. Un foco de infección dio a luz a otro a pocos kilómetros, y éste a varios a la vez. Cuando el terrible temor llegó a las colonias de cemento, grandes coches lujosos y lecciones de moralidad en forma de colonia y bronceado total, el humano volvió a ser humano. Depredador y temoroso de su fin, el instintó venció a la tan sobrevalorada racionalidad.
Ya no queda nada de lo que una vez se llamó civilización. De vez en cuando, en los caminos que antaño eran autopistas, puede verse a alguna figura humanoide arrastrar los pies en eterna penitencia. Son pocos los que quedan, y solo hacen que darle una falsa esperanza a su especie a traves de breves retazos de tiempo. De lo que estoy seguro, es que en Tierra, ya no quedan miradas de seres humanos.
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