sábado, 26 de julio de 2008

Ministerio para la Seguridad del Estado

El brazo ejecutor de Hélike. Compuesto por miles de hombres, tanto civiles como fuerzas y cuerpos de seguridad, velaban por la estabilidad del sistema. La homeostásis de un estado se regulaba por una retroalimentación negativa en forma de control y anulación. La sinergia perfecta entre hombres e ideal político.

El alto comisario Tavernier, pertenecía a la élite de esta cartera. Sus actos devinieron en un conjunto de sucesos que llegarían a colapsar todo aquello en lo que creyó y por lo que luchó. Él acabó con la vida de la joven periodista Nadia Fodor.

Fue en la madrugada de las almas, cuando el que pulula las calles tiene mucho que ocultar y poco que decir. Esas noches en las que la humedad se alía con el vapor y recrean los tiempos en que existían seres de otros mundos. Ella regresaba, sola, tras una reunión con los jovenes que pretendían una revolución. Hacía tiempo que no se la veía tan contenta ya que iba a formar parte de algo grande.

Y el vaho dejo entrever una silueta cerca del portal de su domicilio. La corbata de tonos sepia desvelaba sus intenciones.

Todo fue muy rápido. Un empujón, el brillo de una pistola en su sien y un sexo arremetiendo contra otro sin el permiso de unas piernas. El tiro fue silencioso, como la muerte de Nadia, como la mirada kantiana de un observador neutral en lo alto de un alfeizar, como la conciencia de un monstruo convertido en héroe de estado.

Esa noche Tavernier no pudo dormir, y se extrañó. Había cumplido con sus obligaciones, había liberado a Hélike de una terrible confabulación que amenazaba los pilares del socialismo científico en los que se sustentaba. Se extrañó que luego todo explotara. La conciencia no pudo con el deber.

Mazzy star - Fade into you


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