sábado, 8 de diciembre de 2007

Ahogos nocturnos

Cuando la apnea se hace insoportable, despierto jadeando y ahogado en sudor. Toneladas de fibras en forma de mantas y sábanas me sepultan en la oscuridad, una oscuridad densa y asfixiante. La desesperación siempre acude puntual a la misma hora, para arrancarme de mi evasión de la realidad en los campos de sueños. Y ahí estoy, solo e impotente, sabiendo que mientras todos duermen yo vuelvo a ahorgarme en un agujero negro del que quiero salir como sea. Intentando recobrar mi aliento, mientras noto que a dos centímetros de mí no hay calor, no hay miradas cómplices, no hay nada, solo miedo, impotencia y una ingente cantidad de vacío en forma de cuencas eternas.

Al amanecer, algún jodido movimiento tectónico ha elevado aún más la montaña que día a día he estado intentando escalar, haciendome ver que los pequeños pasos dados que consideraba enormes, no han servido realmente para nada, y que los que me quedan por dar, tal vez tengan el mismo fin...

La ilusión es el deporte de los estúpidos, la resignación, la recompensa por las esperas baldías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

disculpe, lei su entrada en el blog,
me da la idea de que si es algo que usted ha escrito...se sentia con varias dificultades, espero que este mejor si eso fue asi,
siempre vale la pena subir la montaña y al otro lado del tunel siempre hay una luz
eso es TOTAL REALIDAD
y hay alguien que siempre apuesta por usted.... Dios.

Curiosos

Radar...

Tráfico de hombres