martes, 4 de diciembre de 2007

Autodestrucciones en el andén

La vida es así. Un patrón determinado de sucesos, que van copando nuestra memoria, y a los que les vamos dando las connotaciones propias de nuestro carácter, es decir, de nuestros genes. Hoy las cortinas se han movido sin que la ventana estuviera abierta, no son espíritus, es el fantasma de la ansiedad. La espera provoca ansiedad, y la ansiedad desesperación, la cual, te empuja a pasear por las calles en soledad. Te empuja a codearte con la bruma de la noche y observar los iconos de tu mente enferma en los tejados de los edificios, en las esquinas de los comercios, dentro de los coches aparcados, en el reflejo de un escaparate.

Hoy vi palomas devorando cadáveres de niños. Carroñeras blancas deglutiendo carne. Mañana se me presentarán los agujeros negros de la impotencia de no saber. Pasado mañana... quizás se acabe el tiempo de repente, tal y como apareció. Necesito fundirme en una estrella de neutrones y desprenderme de mi conciencia, la existencia carga tanto el estómago...

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