viernes, 25 de diciembre de 2009

Retirada marcial

El humo de mi cigarro no es capaz de colapsar mis retinas, por lo que el fulgor de las botas azotan mi iris, la marcialidad de cientos de miles de clones deshumanizados penetran mis córneas y la hilera de misiles tierra-aire apuntando a Dios, dispuestos a modo de hegemonía fálica, se enquistan en mis humores vítreos. Es hora de marchar a mi hogar, si es que ese lugar pudiera sobrellevar tamaña designación. Todo esto ya no me pertenece, como el día a día que transcurre desde hace no sé cuantos siglos. Ya no hay nada aquí que me referencie como ser, he perdido la familiaridad de las personas y también la de los objetos, he extraviado parte de mi humanidad en el abismo del tiempo. Y es que el tormento es mi esencia y la melancolía, el crack de mis noches planas.

Alexis Salas - Aniversario de un sistema

viernes, 30 de octubre de 2009

Lluvia de desidia

- Soy pasado. El regurgitar de una cena ya digerida.

- ¿Cómo?

- Esa es la causa de mis movimientos lentos y de mis tonos salmón.

- No entiendo nada de lo que me comentas...

- No pertenezco a tu tiempo - su aliento corrupto resoplaba a escasos milímetros de su interlocutor. - Y todo ello me angustia y me asquea hasta más allá de la curvatura del espacio-dolor.

- Ñggggñññ...

- Pura entropía estancada en el ayer... Sólo deseo verme morir, como tú...


sábado, 24 de octubre de 2009

Barrotes de axones

Lo correcto acabará con él y el espíritu recto lo barrera de la faz de la Tierra.. Ni siquiera el lo dudaba. Las inamovibles reglas morales le crearon un balcón tapiado así como un zulo de dimensiones irrealmente pequeñas, allá, donde comienza su cráneo y acaba el bulbo raquídeo.

Es sábado por la noche. Toca subirse a los tejados cableados, saltar de alfeizar en alfeizar y vigilar. Vigilar las vidas que no son suyas, vidas vividas a pesar de las continuas fracturas morales, aquellas que no puede sobrepasar y que le torturan noche tras noche.

Hoy será otra noche como las demás, nada sobresaldrá de aquella rutina autoimpuesta con sabor a almendras amargas. Sólo y decadente, sobre la cornisa de algún abandonado edificio.

K (la impotencia de ser)
Migala - Your star, strangled.

sábado, 17 de octubre de 2009

Gélido

El ventilador gira y gira sobre mí, intentando mecer sin éxito un ambiente aberrantemente denso, como la materia exótica de un hiperquasar. Debería sudar, pero también debería colarse un puto rayo de sol por la ventana y no es así. Nunca la pudo atravesar ninguno, como tampoco pude aprehender mi propia existencia. Odio que el engranaje que une las aspas con el eje emita ese ruido tan jodidamente regular. Es obsceno que exista esa cadencia tan perfecta en el universo. Es antinatural.

El sabor de la última calada a mi cigarro de maría me devuelve a la pesadilla del "estar", también odio volver de mi disimulo y mentira. Llevo más de quinientos años sintiéndome como un erial, observando como los demás pueden vivir y viéndoles morir habiendo vivido. Que repugnante es este plano existencial donde todo es regular, monótono y frío. Cómo la piel de mis glúteos, el arco de mis ojos y como la cavidad de mi abdomen.

Como una tarde de enero en Minsk, como el krill ártico y las fosas de las Marianas. Como tus pies al irte para siempre, como el hálito de los últimos hombres en Leningrado. Cómo todo mi yo.

Y el ventilador sigue girando, incapaz de mover el rancio aire de moscas que me envuelve.


R.V. (Apollo 440 - Stealth Mass in F#m)

miércoles, 30 de septiembre de 2009

A life

A life whose main aim is to wait for Saturday to get away in sleep,
It isn´t a life.
A life without being able to throw emotions due to self-imposed barriers,
nor is a life.
A life where your biggest confidant is a doll that doesn´t exist,
It isn´t a life already.
And a life in which your only companion are ephemeral destructive melodies...
It is a caricature of the existence.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Puta nostalgia

En la cuarta década, cansado de observar mi senectud, decidí sustituir mi carne por metal. Todos los átomos de mi cuerpo fueron eliminados a cambio de otros de mayor peso, desligándome así de mi estirpe. Tras el primer paso, rápidamente comencé a diseñar el segundo. Fueron años causticos y ácidos, llenos de incongruencias temporales y mentales. Decidí eliminar pues, los rastros de moral y ética que se alojaban en mis membranas de memoria.

Con el sol a mis espaldas y la Tierra frente a mis ojos, rotando lentamente y en silencio, preparé mis armas que tanto me costaron construir. La aniquilación fue total, pulvericé hasta el núcleo caliente que permitió la vida hace eones, levantando olas de magma. Desaparecieron en la nada todo aquello que podía aún reconocer: los puentes, el hotel abandonado, las calles de otoño, el mar, los libros, las sábanas, el olor a geosminas, a ti... todo.

Ahora al fin, y tras tanto tiempo, puedo permitirme el lujo de sentir nostalgia...

jueves, 17 de septiembre de 2009

Carestía

La carestía es insufrible. Veo miradas lascivas en todos lados cuando tan solo son ademanes de desprecio. Monstruo. ¿Dónde vais entreviendo vuestros labios con esas cortas faldas? Tan solo quieren que les oprima el vientre con mi sexo, morir ahogadas en mi lodo sexual. Llevo masturbándome cerca de dos horas y el impulso cada vez es mayor. Me han matado.

Liberarme de mi cuerpo y mi mente sería la imposible solución de la ecuación surgida de este agujero negro. Sé que debo seguir refugiado bajo cuatro paredes hasta que llegue mi hora , pero los impulsos de mis antepasados reptilianos me han empujado a girar la llave, bajar los escalones y llevármela al sótano.

Soy un monstruo, sólo yo lo sé y basta. Infundo miedo infrahumano a la vez que repulsión. Lamentablemente, en el fondo, me gusta...

G.B.

miércoles, 22 de julio de 2009

The last Day 005

Lo decidí mientras hacía estallar el cráneo de aquel pobre infeliz contra la arista de uno de los cientos de pilares que reinaban en aquel aparcamiento solitario. Y me convencí mientras aquella de cuyo nombre desconocía, cabalgaba sobre mi vientre, ajena al futuro cercano. Su orgasmo me hizo dudar, pero su aliento en mi rostro me devolvió a la realidad.

- Cuenta conmigo Vox - le dije al bajar por segunda vez a aquellos infiernos. Sonrió ofreciéndome el espectáculo de miles de dientes podridos por el tiempo.

- Yo ya contaba contigo, mi querido Alexis.

- Mañana será el último día de Hélike -nunca había estado más convencido de mis palabras.

- Reune a los tuyos de nuevo y convénceles de ello.

En aquella última noche, donde permanecí insomne como todas las millones de madrugadas que acontecieron mi existencia, confundí las fantasías con la realidad. Pero no era de extrañar. Siempre había ocurrido así.

Mi nombre, como un estigma, dejará de asociarse a mi existencia cuando ésta desaparezca de este universo tan extraño. Pero mañana será el último día de Hélike y yo,... seré el culpable.

domingo, 19 de julio de 2009

004

Míralos, ahí los tienes, listos para juzgarte. Creyéndose plenos de poder para analizarte mientras permanecen ahí sentados, como si supieran todo de ti. Que ingénuos. Deberían darme las gracias por perdonárles la vida. ¿Qué sabrán ellos de mí? No tienen ni puta idea de a quién tienen delante mirándoles fijamente. No saben con quienes he follado, a quienes he matado, desprovisto de sueños e ilusiones, a quién he engañado, fustrado y desilusionado, ni puta idea de qué he creado, a cuantos llevo bajo mis órdenes y en que mundos más allá del cinturón de asteroides he estado, no saben absolutamente nada de mi y se creen con el derecho de analizar mis gestos, mi voz, mi apariencia y mi oratoria; como si eso les diera la seguridad de a que atenerse en cuanto a mi. Ni puta idea. Y se creen tan seguros... Fuera de este mundo empobrecido socialmente, en nuestro ambiente natural, yacerían mutilados bajo mis manos, bajo el instinto natural de una amenaza. Que suerte teneis de que os deje vivir. Disfrutad mientras podais, porque saber la verdad os llevaría a la misma locura en la que vivo. Dad gracias a la mierda en la que creeis, si es que os sirve de algo, presas.

viernes, 10 de julio de 2009

003

Albergábais tantas esperanzas en mí que me vi aplastado por las falsas expectativas. Ahora, cuando escarbais entre los escombros que me sepultan, os dais cuenta de que no hay nada. De que todo ha sido mentira. La rabia os hará rebuscar más entre las piedras, con el deseo de poder encontrar mi cuerpo y pisotearlo al veros engañados y defraudados. Lástima que ya me haya convertido en vulgar piedra...

miércoles, 8 de julio de 2009

002

Salían de sus tumbas con movimientos lentos pero bruscos. Animados por la muerte, repletos de tierra y humus me perseguían con su rostro desencajado. Dejaban atras sus fosas como las camas sin hacer de un orfanato, para no volver a dormir en ellas jamás. Desperté cuando uno de ellos alcanzó a arrancar un pedazo de mi cuello.

El mismo sueño de siempre, desde que aquel que nos engañó con su supuesta inmortalidad decidió revolucionar una década tan muerta como él. Se repite una y otra vez con cierta frecuencia sin tener una explicación lógica. Como los días, como las sensaciones de asco y desidia, como las noches húmedas y solitarias, como las personas que transcurren en mi vida. Todo es una repetición de lo mismo. Todo es el mismo patrón que impera en mi vida sin saber las circunstancias que causan este profundo vacío en mi, tan vacío y oscuro como las fosas que dejaron atrás los zombis de mis pesadillas.

Cada vez están más cerca.

domingo, 5 de julio de 2009

001

"¿Crees que soy una buena opción?" me susurró al oído tras el orgasmo. Al abrir los ojos no había nadie, solo yo y los estertores de mis jadeos. Miré al techo mientras limpiaba mi sexo con un trozo de papel higiénico. Era la hora de la siesta de un mes de Julio infernal y el ventilador funcionaba a medio gas. Cerré los ojos, acomodé mis calzoncillos a mi cuerpo y derramé una lágrima. Una lágrima de impotencia e injusticia frente al tiempo y a los acontecimientos.

Dos días después me vería inmerso en la teoría de los multiversos, sin tener respuesta aún a aquella pregunta que tanto me atormentaba.

domingo, 28 de junio de 2009

Epílogo

Dos días después de ejecutar a Numan, comprobé que todo seguía igual. Fue terrible después de tanto tiempo darme cuenta de que su muerte no iba a cambiarme, que no era la venganza el fin de todos los males. Los miedos, la culpa, la ira y la podredumbre del ser no se encontraban fuera y perfectamente localizados en sus formas. Estaban dentro de mi, para siempre.

Había mucho por hacer tras la guerra. Reconstruirlo todo y comenzar de nuevo desde los cimientos más básicos. Eso ya no era de mi incunbencia. Tampoco tenía mucha Fé en ello ya que tras tantos siglos observando como los hijos de los hijos de los hijos, repetían los mismos errores y mierdas que sus antecesores, no albergaba esperanza alguna de que no se volviera a repetir el mismo ciclo natural. Somos meros soportes evolutivos de alineaciones azarosas de ADN en un espacio temporal donde no existe el futuro porque siempre ha estado presente.

La única forma de acabar con todo... es eliminando el soporte. Mi ADN caducó hace eones.

Alexis Salas

FIN

miércoles, 17 de junio de 2009

Disculpas tardías

Todo mi puto dolor lo transformo en rabia y odio. Proyecto halos de extrema violencia a los que ninguna culpa tienen de mi esencia. Odio todo lo que es capaz de moverse y a su vez esté dotado de vida, odio cosas que ni tan siquiera el hombre podría imaginar: odio la vida, la Tierra, las putas, el dolor, el mar, la imaginación, los besos, los sueños, el cosmos, la memoria, las supernovas, al hombre, a mi, a ti, odio al odio. De tanto odiar me duele eso que llaman alma.... ¿Cómo aquel de sonrisa arrogante y de facciones preciosas acumula tanto dolor? ¿Cómo se puede llegar a ser tan monstruoso o estar tan monstruosamente sólo a pesar de que miriadas de cuerpos desnudos me acompañen en las noches Octubre? ¿Cómo puedo escapar de mi mismo si ni tan siquiera reventando mi cuerpo contra el asfalto logro desaparecer? Odio tener este cerebro realizando funciones que le sobrepasan. Muérete.

Como odio la existencia y mi naturaleza infrahumana.

Lo siento…


B.W.

domingo, 14 de junio de 2009

El final del tiempo

Con el pelo revuelto y su oscura gabardina polvorienta, caminaba a escasos metros de mi. Sobre sus lentos pasos, ajenos a aquellos acordes melódicos que eyectaba de su guitarra, comenzó a alejarse por aquel camino de cal blanca. Todo ello no hizo más que reafirmar que las islas menguan y la podredumbre humana se extiende.


Desapareció en el horizonte en una tarde de Julio y con él, las islas y los hombres. Solo quedo yo, como ejemplo de podredumbre.



martes, 9 de junio de 2009

Culpa

"Soy el culpable de lo que soy"

Se repetía Radic una y otra vez engullido en aquel sofá, con la vaga esperanza de conciliar el sueño y desaparecer del mundo.

"Soy el culpable de lo que soy"

martes, 26 de mayo de 2009

Ya era tarde para despedirse II

Gracias por venir. Estoy tan contenta de que tú seas lo último que vean mis adormecidos ojos. Tranquilo, ya no me duele, no te alteres. Es desagradable, lo sé, pero ya no siento nada en el pecho. El dolor se ha esfumado como los malos recuerdos que pulularon mi vida.

Estoy tan contenta de verte por última vez, señor Marburg. Apareces ante mi como la luz de una tarde de verano, como el agua tibia de una bañera en invierno, me recuerdas tanto a los graznidos estivales.

¡Oh! y tus ojos, Noviembre pasó para dar rienda suelta a olas de Omaha. Nunca te vi así, nunca has permitido que te vieran de esa forma... Eso me hace sentir tan, tan, tan especial en estos últimos femtosegundos...

Apenas escucho lo que me dices. El sonido se diluye contigo. No me importa, me pierdo en tus olas y ya todo huele a salitre...

jueves, 21 de mayo de 2009

Progresión



He visto en sus ojos

El paso de la vida a lo inerte

De lo animado a la muerte

Sólo, en sus ojos…




Lo que nadie más pudo ver. "La chica de los puentes de Hélike".

lunes, 18 de mayo de 2009

Letanía nocturna

Sabía que las horas nocturnas comenzaban a aparecer debido a los ruidos incesantes de coches que me susurraban desde la ventana. Hoy quería morir, pero al acudir al baño a vomitar recordé que estaba muerta.

Es desesperante.

No quise mirarme al espejo y de nuevo comprobar que ese rostro viejo y de hija de puta seguía ahí, imposible de borrar porque estaba tatuado en mi cerebro. Estuve todo el día tumbada en la cama dándole vueltas a una idea, así que decidí salir un par de horas a cazar. A cazar hombres, probar sus sexos y elegir al mejor para devorarlo.

Te observé al pasar por el salón cuando me disponía a irme, estabas entre sombras, acurrucado en aquel sofá que proyectaba cúmulos de esponja amarilla por todos lados. Llorabas entre dos cojines para que ni tu mismo pudieras comprobar lo frágil que eras. Todo por mi culpa, que asco me daba.

Pasé de largo empujada por la vergüenza y por el ahogo de la impotencia. Ni siquiera te dejé una caricia a la que agarrarte en tu abismo, en tu propio infierno de letargo monótono. aunque fuera lo que mas deseara en este mundo, incluso más que mi hambre zombi. Cerré la puerta con sigilo para no interrumpir aquel acto sacro de expiación.

Y me fundí con la masa nocturna.

Lights out Asia - Six points of fire

martes, 5 de mayo de 2009

Las cadenas de la especie

La falta de la extremidad superior derecha, hacía que Jostein perdiera toda su firmeza, incluso a la hora de coger la taza de té. En breve tendríamos que solucionarlo con carne humana.

Nunca se le hubiera pasado por la cabeza a Oscar, que en el cuarto donde dejaba viajar su mente y sus trazos, se reunirían los seres más grotescos que hubiera parido madre. El olor a trementina inundaba el ambiente y acompañaba a las palabras, haciéndolas más indigestas. Sabía que no íbamos a convencer a Requiem con nuestros argumentos, hacía siglos que había tomado una decisión y nosotros no éramos nadie para cambiarla. Sólo queríamos su arma cuántica.

- Podríais habérmelo dicho antes y nos hubiéramos ahorrado toda aquella masacre en Ática - dijo con su tono frio ofreciéndo su arma a Brian. Algunos de sus gestos me recordaban vagamente a Exequias.

- No sabíamos cual era tu posición - le contesté. - Ni siquiera sospechábamos que habías dejado al E1. - Se me daba bien mentir.

- Ya, claro.

- Entonces... -comencé a tantearlo por última vez- ¿no hay nada que podamos hacer para que te unas a esta causa? - mi pregunta fue adornada por el ruido de la taza de Jostein al caer al suelo.

Requiem se incorporó del sofá, espolsó su gabardina de cuero negra y sopló hacía arriba para apartar algunos cabellos que ocultaban sus ojos.

- No me interesa nada de lo que me ofreceis, nada. Sois iguales que el E1, no os diferenciais en absoluto de ellos. Estoy harto de todos vosotros y de vuestra naturaleza...

- No puedes renegar lo que eres - le dije duramente.

- Tú, no puedes renegar lo que eres - me dijo a pocos centímetros de mi rostro, algo que me incomodaba sobremanera - Nunca has dejado de ser un puto Magistrado a pesar del esfuerzo para mostrar lo contrario. Me das pena, eres igual que Exequias - su aliento era nauseabundo.

Nos miró a todos detenidamente, dejó caer la mirada unos segundos más sobre Óscar y luego sobre Arthur el muerto. Negó ligeramente con la cabeza y desapareció tras el marco de la puerta.

Lo último que supe de él fue el sonido de sus pesados pasos al bajar la escalera de nuestro edificio. Odiaba que tuviera razón.

viernes, 1 de mayo de 2009

El olor del fin

¿Qué extraña criatura asoma en el espejo todas las mañanas? ¿Qué ser se refleja por donde camino? ¿De quién son estas alargadas manos que agarran sin pudor mis cosas?

No debo hablar muy fuerte, si los trillones de seres que conforman mi horrendo cuerpo supieran que me revelo de mi mismo, que terrible venganza me causarían. Imposible escapar, hasta mis pensamientos son creados por ellos. No existo como unidad en el cosmos. No soy uno.

Noto el viento del tiempo al pasar, moldeando mi rostro con el choque de las esquirlas de los momentos y erosionando mi carne con el polvo de las palabras. Todo está escrito, y sólo queda esperar a mi borde temporal, del mismo modo que la superficie de una simple mesa toca a su fin, dejando paso al vacío.

Siempre nacemos, siempre morimos, siempre caemos y siempre reimos. Pero nunca podremos volver a repetirlo. Nunca.


Psyche - The sundial

miércoles, 29 de abril de 2009

La inviolabilidad de los actos

La sucesión de hechos conforman el entramado espacial del tiempo en este mundo visionado por hombres. La concatenación de momentos es harto imprescindible para la comprensión mental de los sucesos de este, nuestro universo y para este, nuestro cerebro.

A las 4 A.M. un camión oxidado y silencioso realizó una parada en los límites de la cúpula. Sin apagar el motor, su puerta trasera se elevó lentamente para dar paso a cinco figuras lentas e irracionales. Una vez apeadas en aquella silenciosa calle vacía, el camión se despidió sin dejarles un adiós. No importaba, no lo iban a entender. Durante cinco minutos permanecieron inmóviles, con la boca abierta y las miradas elevadas y perdidas. La sucesión de hechos estaba en su punto álgido. Comenzaron a moverse en grupo sin rumbo fijo y proyectando sonidos guturales y arcaicos. Como hace millones de años.

A las 4:30 A.M. aparecieron aquellos con los que nadie desearía toparse. Ocho hombres perfectamente uniformados con los identificativos del Ministerio para la Seguridad del Estado. Silenciosos, metódicos e implacables alzaban sus manos proyectando antimateria sobre aquellas cinco figuras desprotegidas, cuyo único delito había sido volver al estado de reptiliana irracionalidad...

¿Y porqué estaba allí?, solo él lo sabía. Intentaba no moverse a pesar de los temblores que aquella escena tan alucinante le había regalado. Los cartones que cubrían su cuerpo cedieron provocando un golpe seco que atrajeron, al unísono, las miradas de aquellos ocho asesinos. Uno de ellos, el que parecía liderar el grupo, se acercó hasta él, lo alzó del suelo con amabilidad y permitió que le apuntase con un pequeño revolver hacia su cabeza.

Hubo un silencio espeso, casi interminable.

Aquel agente del gobierno, comenzó a abrir su boca, mostrando una hilera de dientes antediluviana. Comenzó a devorarle el brazo que sostenía el arma de una manera pausada, sin que su víctima reaccionara. Solo era miedo. Sucedieron dos disparos, producto del acto reflejo de presionar molares con tendones. Los otros siete se unieron al festín.

A las 5:10 A.M. todo había acabado. En aquella calle solo un esqueleto impoluto sosteniendo un arma yacía en el asfalto, como una macabra escultura. Bajé de la azotea donde observé todo, recogí uno de los femures y me pregunté por mi existencia.

También pensé en mis actos. Tan solo era K.

sábado, 18 de abril de 2009

Décadas y décadas

Parecía un animal fuera de si. Chocaba una y otra vez su cráneo contra la graníticas cuatro paredes que lo engullían. Gritaba de tal forma, que pareciera una bestia mitólogica, una criatura ajena a la Tierra, una pretérita monstruosidad sedienta de sangre. Su piel se podría y de su cabeza bullían chorros de sangre oscura. Llevaba así horas.

- No cejará en su empeño hasta que no sea consciente de su situación - musitó aquel Magistrado que no apartaba su dura mirada del monitor-. Pueden pasar décadas, camarada funcionario.

-¿Décadas? - le pregunté inocente.

- Cuando decida calmarse y hablar -me contestó girando lentamente su cabeza para posteriormente hacerlo sus ojos-, tú ya no estarás en este mundo para escuchar sus palabras.

Y aún hoy en día, mientras yazgo en mi cama a punto de expirar, vienen a mi mente aquellas palabras que ahora toman sentido. Precisamente ahora, tras décadas de vigilar a aquella bestia convulsiva e histérica llamada Andrei.

Covenant - Like tears in rain

viernes, 3 de abril de 2009

El útero cósmico

¿Veinticinco hilos? ¿Veinticuatro?
Aguanta la respiración. No te muevas, apenas tiembles.
¿Veintitrés?
No, mierda son ya dieciocho.
Apenas respires.
Dios.
Piensa en otra cosa.
Que hermosa es la ISS cuando refleja los rayos del sol.
Joder.
Doce, doce putos hilos...
Quiero gritar pero no debo moverme.
Es imposible, la inercia me aleja, Dios, dios, dios...
Yo no veo a ningún Dios en este horizonte cósmico.
Sino es aquí, ¿dónde?
Cinco, cinco putos hilos de acero me unen aún con la ISS. Tranquilo.
Mierda.
Se acabó, joder se acabó.
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
¡No te alejes, joder!
Por Dios, ¡No!
¡Mierda! soy yo el que me alejo.
Voy a morirme, voy a morirme perdido en el puto universo, joder.
Ayudadme... por favor....
Qué inútil va a resultar gritar


(Su última visión, aquel cordón umbilical de metal flotando, como vestigio de su procedencia)
God is an astronaut - Suicide by star

domingo, 29 de marzo de 2009

Adiós Hélike, adiós

De otra forma sería grotesco, incluso cómico. Un puto gordo saltando por los aires hasta quedarse pegado en el techo de una inmensa cúpula, no hace más que recordarme aquellas cómicas películas en blanco y negro de los sábados por la tarde. Sábados que no existen ya. Pero en este contexto se trata de una gran gesta épica.

Gein lo había planeado todo desde el principio en la sombra, como a mí me gustaba hacerlo. Aprendió mucho de mi o eso quiero creer. Decidió averiar la lanzadera de la bomba, utilizó las habilidades de Brian para modificarla con la antimateria de un arma cuántica y decidió colocarla con sus propias manos en una de las ópacas planchas de la cúpula. Cuando el Hércules se alejó de él, dejádolo sólo como a una Voyager ciega, todos sabíamos que iba a suceder.

Mientras, cientos de miles de misiles caían del cielo conducidas por el sociópata de Andrei, para cubrir el último acto de aquel mórbido ser. Cientos de miles de brillantes aleaciones de espermatozoides se deslizaban con majestuosidad por el cielo negro de Hélike, para fecundar a la tierra yerma y quemada por los estragos de la guerra y engendrar a los siameses de la aniquilación y la destrucción.

Y Gein implotó dejando de existir, la antimateria colisionó con su podrida materia dejando hermosos halos de energía, agrietando la cúpula y dejando pasar la luz del sol tras cientos de años de Edad media. Y todos quedamos ciegos, como si un puto evangelio de los que tanto hacía mención Jostein, nos hubiera abierto los ojos. La prueba irrefutable de que más allá de la cúpula había vida, existía calor y el aire era más puro. La prueba que necesitaban los escépticos.

Podría haber sido un jodido chiste del típico gordo torpe, pero fue el acto de expiación de su horrible pasado. Ya no sé quién es héroe o no, pero sin él la historia no se hubiera producido de aquella forma, aunque el determinismo estuviera tras los bastidores.

Pero de lo que estoy seguro es de que Gein sonrió al mismo tiempo que lloró por saberse útil, en su último acto.

God is an astronaut - Remembrance day

domingo, 22 de marzo de 2009

Oscilaciones deterministas

Las once menos cuarto. Siempre son las once menos cuarto cuando sangre y violencia están a punto de salir a escena, como en un show erótico. Como dos pechos caídos oscilando monótonamente noche tras noche, frente a un público ya indiferente. Uno tiende a acostumbrarse al olor de las tripas humanas, cuando éstas pretenden abandonar el peritoneo de sus dueños.

Quedaba solo un cuarto de hora para que nos pusieramos en marcha. Oscar y yo agazapados en un entresuelo abandonado y Frank en la retaguardia, tras unos contenedores repletos de mierda. A mi señal entrariamos en acción: un par de tiros, cuatro muertos, algún torturado para matar mi desidia y el cargamento de heroína en nuestras manos. A vivir de las rentas por un año más.

Sin darnos cuenta, comenzamos a escuchar una risa tras nosotros, una risa desposeída de toda racionalidad, rozando la carcajada. Oscar y yo nos giramos sobre nosotros mismos repitiendo "mierda" al unísono y por inercia. Un anciano sucio y semidesnudo nos observaba divertido mientras reía sin sentido alguno. Allí sentado en una destartalada silla nos contemplaba haciéndonos sentir ridículos.

Oscar me miró, yo no le hice ni caso. Miré hacia la ventana. Aún no habían llegado. Comprobé la hora en mi reloj y de nuevo volví a observar al viejo. Éste cada vez reía con más fuerza.

- ¿Qué hacemos Marburg? Nos van a descubrir.

Volví a realizar la misma acción anterior. Aquella escena berlangariana pudo conmigo. Opté por una noche dejar de ser el monstruo al que estaba acostumbrado interpretar. Guardé mi arma y remangué las mangas de mi chaqueta.

- Ayúdame a incorporar a este anciano. Hay que llevarlo a su casa.
- ¿Y Frank? - me preguntó con extrañeza Oscar.
- Déjale que disfrute del entorno donde se encuentra.

Solo fue esa noche, luego continué siendo lo que mi naturaleza me había marcado desde el comienzo de mi existenca...

jueves, 19 de marzo de 2009

Agujeros de gusano

La arena de aquella playa no era distinta a las que conocía. Trillones de granos de silicatos conformando la alfombra "roja" de la bienvenida.

Según lo previsto me despojé de toda mi ropa y mis utensilios de localización digitales, el pudor pronto se esfumó al comprobar que no había nadie allí, absolutamente nadie. Escondí todo detrás de la maleza de aquella playa y me senté en la orilla. Eché ligeramente el cuerpo hacia atrás apoyándome con mis brazos extendidos. Cerré los ojos notando la brisa marina en mi rostro y el ir y venir del agua entre mi sexo y mi ano. Era increible, ni un solo ruido de la civilización.

Aún notaba el mareo del viaje, era el primero por lo que se trataba de un síntoma normal. La fisiología humana no está acondicionada para este tipo de extravagancias propias de mi especie. Poco a poco notaba que el sol iba torneando como un alfarero, a la Tierra, dibujando sombras por todo el paisaje. Cansado de mi postura, decidí sentarme cruzando las piernas de cara al horizonte. A los pocos minutos aparecieron a lo lejos, primero pequeñas y luego agrandándose gracias a la ayuda de la curvatura terrestre.

Respiré con profundidad todo el aire que pude de Cayo Samaná, era increible ver aquella Nao escoltado por las dos carabelas acercándose inminentemente hacia mi.

Sabía quienes eran y cuales iban a ser las consecuencias.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Himnos de estirpe

No podía haber tenido más suerte. Como todo en la naturaleza, si se hubiera planeado seguro que no hubiera ocurrido. Mi batallón hacía días que habia perdido la moral, demasiado tiempo entre trincheras esperando a que los demás regimientos abrieran paso tras los puentes. Mientras, engullíamos toneladas de metralla cada día; los morteros eran los cocineros de nuestras vísceras.

Y allí lo encontré, entre los civiles que ansiaban escapar de este horror que no eligieron. Mucho más flaco, más sucio y herrumbroso que aquella noche en que lo vi entonando las últimas notas en Ática. La recuerdo porque fue la misma noche que acabé con el hijo de puta de Eusebio "dolor" Velasco. Nunca pensaría que fue él mismo el que me animo en mi perpetua desidia a partir en busca de ese proxeneta y mutilarlo hasta convertirlo en carne irreconocible. Todo gracias a sus poderosas melodías.

Le miré a los ojos, los que siempre ocultaba bajo su espesa melena negra, y le supliqué. Ante las atónitas miradas de los miles de mis hombres, se subió sobre un pequeño escombro transformado en monolito para alzar su voz potente y épica, aquella que no había cambiado con la guerra de Hélike. Brutal fue la fuerza con la que arengaba en forma de notas a las masas combatientes, él proyectaba ondas sonoras de fuego y los mios le respondían con un nuevo brillo en los ojos.

Fue cuando el silbido de los morteros aniquiló el himno que nos devolvió la furia animal junto a aquel bardo de nombre desconocido. Demasiado tarde, una poderosa voz y unas notas habían surtido el efecto que deseaba. Y entonces miles de rabiosos, congestionados y enaltecidos mutados abrieron con sus propias manos una brecha en la dura vanguardia helikiana. Se tragaron sus propios morteros, literalmente.

Gracias amigo por tu himno. Descansa en piezas.

sábado, 21 de febrero de 2009

Un instante

- Todo es dolor. Todo es miseria - murmuraba Oscar mientras contemplaba los estertores de su amigo Frank. Bajo el frio abrigo de los brazos de Alexis, intentaba en vano alcanzar bocanadas de aire con el que poder seguir en este lado existencial. Imposible. La carne que unía su cabeza con el tronco había sido arrancada de cuajo. Neil era la causa.

En ese mismo instante, al otro lado del barrio, un helado pulgar acariciaba el botón rojo. La duda, el punto de inflexión de un pequeño acto que derivaría en un efecto inconmensurable, hacía que Jostein se tomara su tiempo. Todos sabemos que hay sucesos que son imposibles de frenar. No hace falta ser un clarividente para adivinarlo, son los impulsos irracionales del hombre.

Y mientras la onda expansiva del coche bomba arrasaba las vidas de los funcionarios de una oficina del estado, Andrei seguía con la rutina de golpear su frio cráneo contra el granito que lo engullía. Quinientos años de monótonos actos, otra circunstancia más que derivaría en aprehender el futuro.

Como el futuro de Radic y Laura, el cual tenía los mismos trazos que su pasado y su presente. El estatismo es una aburrida enfermedad que concurre con la desidia para terminar en los pozos del infierno. Por tanto en esa noche, ella comería carne humana y él volvería a tener visiones apocalípticas premonitorias en su balcón.

Y mientras Alexis dejaba en el suelo el ya inerte cuerpo de Frank para proceder a la pelea de titanes contra su antaño compañero, Neil Rivers, Brian Willis limpiaba de sangre sus inmaculadas gafas. Su última víctima, una joven veinteañera, se había atrevido a dirigirse a él con aquel tono de voz que tanto odiaba, ese que intentaba emular una falsa maestría de la vida. Que pena haberse topado con un catedrático de la muerte.

Tan solo queda hablar de lo que hacía Gein en ese instante. Pero ello no hace más que repetir de nuevo el dolor y la miseria solo que acompañado de la nauseabunda soledad.

sábado, 14 de febrero de 2009

Ya no queda nadie

Darme cuenta de
la mutiladora realidad
que solo el eco de mi voz
me acompaña siempre
¿Cuándo os aniquilaron?
¿Cuánto tiempo
he dialogado solo?
¿Cómo saldré de ésta?

Eco.

domingo, 8 de febrero de 2009

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-¡Te dije que no me volvieras a prepapar esos mejunjes para cenar!
-¡Es lo único que me dió tiempo a cocinar! ¡También me tengo que encargar de la maldita tienda!
-¡No me hables así Ann!
-Gññññgggññgg
-¡Te hablo como me da la gana!
-¡Sabes que tengo azucar y te entra por una oreja y te sale por otra!
-¡Cuando no te conviene algo me sales con el azucar!
- ¡Pero será...!
¡¡BLAM!!
- Ayuggggdañññme, ayugggda, mgggeee pegggsigueñññ loggg muegggtogggg...
- Dios mio...

viernes, 6 de febrero de 2009

España del Este

Era un salvoconducto especial. Muy pocos eran los que se obtenían en la embajada del Madrid oeste. Unos diez o veinte por año se repartían entre un grupo selecto de personas elegidas previo estudio exhaustivo de sus perfiles. Así eran de estrictas las reglas en el este, aún en pleno siglo XXI. Solo estaban destinados para aquellos que aún mantenían lazos familiares con el otro lado, lo que se vino a llamar “tratado de cooperación entre las dos Españas”


El taxi me dejó a las puertas del Banco de España, último punto de la ciudad con libre circulación. A partir de aquí se desplegaba toda la fuerza militar de nuestro bando, vigilando día y noche el muro que se alzaba dividiendo Madrid en dos. Era curioso, paseo de Recoletos y mundo capitalista, parque del Retiro y estado socialista. Y la puerta de Alcalá en medio de tierra de nadie.


Atravesar la frontera hacia el otro lado era cuestión de paciencia, de mucha paciencia. Preguntas, registros, miradas desafiantes, todo por encontrar el más mínimo indicio de que pudiéramos pasar propaganda capitalista dentro de sus fronteras. Que más daba, estaríamos vigilados las 24 horas. Mi destino estaba en la costa de Alicante, así que no tuve más que cambiar mis euros por pesetas para adquirir un billete de tren que me condujera a mi destino.


Esta España era del todo onírica, mezcla de estatismo temporal y sociedad avanzada. Me era fácil en algunos momentos identificar aspectos familiares de los lugares, las edificaciones o incluso las personas, pero otras veces, pareciera que viajaba en un vagón de algún país extraterrestre. Un silencio denso pululaba por doquier, solo truncado por mensajes propagandísticos que sonaban con una cadencia de tiempo determinada y sumamente estudiada: “Nuestros camaradas catalanes han conseguido aumentar sus plantas de producción textil colectiva, gracias al trabajo proletario y a la unidad del partido” “Los campos manchegos, labrados por nuestros valerosos agricultores, suministrarán el alimento necesario para enfrentarnos al duro invierno español” “El capitalismo mina la conciencia social y los sueños de igualdad”. Todo el mundo en este lugar pertenecía al ejército del partido.


Y aquí sentado, en un viejo bar de playa de los Arenales del Sol, habiendo comprobado que todos mis lazos familiares dejaron de existir hacía mucho tiempo, trato de recordar como era todo antes de cruzar esa frontera que dividía la niñez del adulto. Un pelotón del ejército regular avanzaba por el paseo marítimo con aire marcial, las sirenas que avisaban del fin de la jornada laboral sonaban a lo lejos y las olas seguían llegando a la orilla, ajenas a la historia.

domingo, 25 de enero de 2009

Tras la ventana

- ¡No te asomes a la ventana Marc!
- Es solo un momento, mamá.

- ¡No te asomes a la ventana Marc!
- Es solo un momento, mamá.

- ¡No te asomes a la ventana Marc!
- Es solo un momento, mamá.

- ¡No te asomes a la ventana Marc!
- Es solo un momento, mamá.

- ¡No te asomes a la ventana Marc!
- Es solo un momento, mamá.


Las cortinas se corrieron y sus retinas fueron cinceladas con la imagen de la inmensa miriada de zombies deformes que corrían como poseidos, por la calle de Blasco Ibañez. Comprobó como decenas de ellos entraban en su portal.

Demasiado poco tiempo para que todo ello derivara en un trauma infantil.

Muy poco tiempo.

sábado, 17 de enero de 2009

Aislado

Mientras boceteo, reescribo y doy forma al plan más perfecto de la historia, aquél que terminará con la civilización de Hélike, en el edificio de enfrente follan. Otros aspiran polvo de angel en el coche aparcado en doble fila, para continuar una noche interminable y más allá, alguien recibe la terrible noticia de que se ha quedado solo. Puedo intuir que en Ática lloverán hostias, como cada día y quizás hoy a alguién se le ocurra la estúpida idea de atravesar la frontera y le vuelen la cabeza. Lo que les une a todos ellos no es el género y la especie, su común denominador es que piensan que habrá un mañana.

Eso me hace sentir especial.

(sonrisa)

Coronel Alexis S.

domingo, 4 de enero de 2009

Héroes y crueldad (IV)

El desgarro anal fue premeditado, como todas las laceraciones, hematomas, fracturas y derrames de pleura que había coleccionado en su milenaria existencia. Pero ella no gritaba, no lloraba ni suplicaba la misericordia a la que tanto se aferraron las demás. Ella sonreía y disfrutaba con el coito anal que la estaba destrozando por dentro.

- Jódete ahora cabrón de mierda.

Lo miraba fijamente a los ojos, sin despegar sus manos del cuello que la sostenía en el aire, como si fuera el último tramo de cornisa que la separara de la caída al vacío. El sexo de Brian abandonó el camino horadado sin atisbo de eyecciones orgásmicas. Solo coágulos de sangre.

- Esto va por mi hermana hijo de puta -la caída al suelo no inmutó su discurso de venganza.- Tú la mataste, tú lo pagas con el puto SIDA.

Y en el suelo, desnuda, amoratada y derramando pequeños hilos de sangre bajo sus piernas, intentaba llamar la atención de Brian Willis. Quería verlo sufrir pero éste solo le devolvió miradas de indiferencia mientras se vestía con su ropa cara e impecable. Ella se vio impotente, ni siquiera había logrado una mueca de estupefacción en el granítico rostro de aquel tipo.

Una vez colocados sus brillantes zapatos, Brian se acercó al oído de aquella mujer despechada y le susurró suavemente: "Recuerda que, no mañana, ni siquiera el año que viene, pero dentro de un tiempo, cuando estés agonizando sola y desgastada, yo aún estaré por aquí y podré borrar el nombre de tu tumba".

Sonríó y se fue.

Lycia - Nine hours later

jueves, 1 de enero de 2009

Fronteras


Nos vigilan impertérritos, sin atisbo de movimiento. En los límites de la cúpula o en los perímetros de los Ministerios, la guardia fronteriza vela por nuestra seguridad.

Curiosos

Radar...

Tráfico de hombres