Salían de sus tumbas con movimientos lentos pero bruscos. Animados por la muerte, repletos de tierra y humus me perseguían con su rostro desencajado. Dejaban atras sus fosas como las camas sin hacer de un orfanato, para no volver a dormir en ellas jamás. Desperté cuando uno de ellos alcanzó a arrancar un pedazo de mi cuello.
El mismo sueño de siempre, desde que aquel que nos engañó con su supuesta inmortalidad decidió revolucionar una década tan muerta como él. Se repite una y otra vez con cierta frecuencia sin tener una explicación lógica. Como los días, como las sensaciones de asco y desidia, como las noches húmedas y solitarias, como las personas que transcurren en mi vida. Todo es una repetición de lo mismo. Todo es el mismo patrón que impera en mi vida sin saber las circunstancias que causan este profundo vacío en mi, tan vacío y oscuro como las fosas que dejaron atrás los zombis de mis pesadillas.
Cada vez están más cerca.
El mismo sueño de siempre, desde que aquel que nos engañó con su supuesta inmortalidad decidió revolucionar una década tan muerta como él. Se repite una y otra vez con cierta frecuencia sin tener una explicación lógica. Como los días, como las sensaciones de asco y desidia, como las noches húmedas y solitarias, como las personas que transcurren en mi vida. Todo es una repetición de lo mismo. Todo es el mismo patrón que impera en mi vida sin saber las circunstancias que causan este profundo vacío en mi, tan vacío y oscuro como las fosas que dejaron atrás los zombis de mis pesadillas.
Cada vez están más cerca.
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