Míralos, ahí los tienes, listos para juzgarte. Creyéndose plenos de poder para analizarte mientras permanecen ahí sentados, como si supieran todo de ti. Que ingénuos. Deberían darme las gracias por perdonárles la vida. ¿Qué sabrán ellos de mí? No tienen ni puta idea de a quién tienen delante mirándoles fijamente. No saben con quienes he follado, a quienes he matado, desprovisto de sueños e ilusiones, a quién he engañado, fustrado y desilusionado, ni puta idea de qué he creado, a cuantos llevo bajo mis órdenes y en que mundos más allá del cinturón de asteroides he estado, no saben absolutamente nada de mi y se creen con el derecho de analizar mis gestos, mi voz, mi apariencia y mi oratoria; como si eso les diera la seguridad de a que atenerse en cuanto a mi. Ni puta idea. Y se creen tan seguros... Fuera de este mundo empobrecido socialmente, en nuestro ambiente natural, yacerían mutilados bajo mis manos, bajo el instinto natural de una amenaza. Que suerte teneis de que os deje vivir. Disfrutad mientras podais, porque saber la verdad os llevaría a la misma locura en la que vivo. Dad gracias a la mierda en la que creeis, si es que os sirve de algo, presas.
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