lunes, 31 de diciembre de 2007

El último día

Hoy es el último día del hombre. Mañana no habrá subida del IPC, muertos en carretera, bajar la basura después de las ocho, no habrá colas en la parada del autobús, ni estridentes sirenas, ni un "te quiero" con aroma de café caliente y tostadas con aceite. Aprovecho para repasar todas las fotos, me apresuro a pasar mis dedos por entre la verja que antaño fue amarilla y pasear por los itinerarios mil veces recorridos, creo que no me dará tiempo a escuchar todas las melodías y oler todos los aromas que me transportaron a una época en que no existía el futuro. No queda tiempo en este último día, ya todo habrá acabado en unas horas y en nuestro lugar quedarán ratas, cucarachas y bacterias. Nervioso estoy por formar parte del plasma incandescente de la inexistencia. Hoy es el último día del hombre y mañana nada quedará de su historia y sus hechos. Ya no se escucharán vocablos recorrer a la velocidad del sonido el aire de la Tierra...

Hasta nunca año triste.

Iris - No one left to lose

sábado, 29 de diciembre de 2007

Horizonte de sucesos

Incluso en tierras que no me pertenecen, la desazón camina conmigo. Esperando a los hombres, que se extinguieron en el legendario invierno nuclear, me alimento de arcilla. La espera de nada, bosqueja cúmulos ingentes de vacío en espacios sin dimensiones. Me reduzco a las abstracciones del punto y entre bocado y bocado a la infinitud de la línea, como si eso valiese de algo ya. No existe nada en el horizonte de sucesos que me seduzca gravitatoriamente al núcleo de un cuerpo pulsante. Por que solo hay vacío, cosmos frío abrazado de reverberaciones tan antiguas como tú y como tú. Soy pasado, apenas presente y dudo que futuro, como tú.

Canaan - Prayer for nothing

lunes, 24 de diciembre de 2007

Desgarrando el alma

Todo ocurrió en un abandonado duplex de los barrios del Sur, donde antes de la guerra, las conversaciones de marcas de lujo y putas lujuriosas llenaban las bocas de los que allí antes hacían de su vida, un estilo de existencia.
El alma podía cargar con fuerzas de cizallamiento del mismo modo que una bolsa de plástico frente a la presión de unas manos juguetonas, las dos terminarían por romperse. Alexis tuvo que decidir por trigesimo octava vez y después de ello, acabaría como siempre, culpable y hundido por creer que siempre eligía la vía muerta.
Óscar se le moría en sus manos, el coma diabético hizo las maletas de su alma y ya le apremiaba para coger el último vuelo más alla de lo cognoscible. Alexis no pudo hacer nada por conseguir la insulina que mantenía con vida a su enorme y mítico amigo, si lo hubiera hecho, cientos de vidas hubieran caído en pos de la del golem. El golem de Hélike se hundía en su propia carne de piedra para no volver jamás.
- Sé que serás un héroe - le dijo antes de marchar, a un Alexis cansado y a punto de derrumbarse. Y se fue.
Alexis derramó lágrimas en el rostro deforme de su amigo y su desgarro interno creció al saber que esas últimas palabras carecían de sentido. Los héroes los son por arriesgarlo todo, incluso su vida en pos de un objetivo, él, ni siquiera ya tenía vida para poder apostarla. Era un zombi farsante, traidor y egoísta. Y el desgarro se acentuó de tal manera, que de su boca salieron los gritos más agonizantes de su vida, harto de no acostumbrarse a ver marchar a los mortales por el castigo de su inmortalidad y no haber podido hacer nada por ellos, como Frank, como Andrei y como ahora Óscar. Fueron víctimas de sus defecaciones: Dios, indudablemente, a pesar de la poca Fé que le profesó en su larga vida, y luego su madre, por haberle dado una existencia con la que tener que cargar durante cientos de años.
Todo el resto del E-8 escucharon desde el piso de abajo, la narración rabiosa de los estertores de Óscar. Optarían por no decir nada cuando vieran bajar a su coronel, era mejor así. Esperarían la ya mítica frase que siempre utilizaba en los momentos de crisis:
- Señores, tenemos trabajo.
Y como si nunca hubiera pasado nada, comenzarían a trabajar en una guerra que parecía carente de sentido. Así es la vida y la existencia, plagado de hechos objetivos, que vistos desde los ojos del hombre, pueden tener unas connotaciones subjetivas llenas de dolor o alegría, pero a ojos del cosmos, es un discurrir de acontecimientos vanales y triviales...

Kasabian - Test transmission

domingo, 23 de diciembre de 2007

El olvido de los sueños

- Papá, ¿me cuentas una historia?
- Claro, si prometes que luego te dormirás
- ¡Eso está hecho!

- Dicen que caminan eternamente y que son más antiguos que Hélike. Vigilan sin dormir, porque el sueño nunca acude a ellos, observan desde los tejados, desde las ventanas más oscuras y detrás de las esquinas más sucias. Aguardan el día en que por fin amanezca, sin pararse a pensar que eso quizás ya nunca sucederá. Criaturas antiguas de rostros pretéritos y miradas cansadas. Son los antiguos de carne macilenta y guardan los sueños de los hombres, sin saber que éstos ya no existen. Esperan que los niños duerman y sueñen lo que los mayores, o incluso ellos mismos, ya han dejado de desear. Soñar.
- Papá ¿y si no me duermo, vendrán a por mi?
- Espero que no, pero quizás sea mejor no tentar a la suerte, Oscar.

Y soñó.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Solo en la soledad

Los olores en un laboratorio vacío nunca se consiguen aprehender. En unos rincones parece asomar una mezcla de éter y cloroformo, mientras que tras la puerta de una nevera, un aroma picante y ácido inunda las fosas nasales. En un laboratorio vacío solo se escucha de vez en cuando algún pequeño pitido de la calibración de un aparato, los motores de las neveras y el suspiro de la calefacción. Al abrir las puertas de las estancias, no hay nadie detrás esperando, solo la sorpresa de encontrarte con una atmósfera fría o caliente, según si la noche anterior alguien se olvidó de apagar el aire acondicionado. De vez en cuando veo asomar mi reflejo entre los cristales que contienen antiguas soluciones o por entre las ventanas que miran al frío exterior, y me doy cuenta de la soledad que inunda el edificio en cuestión. En un laboratorio vacío los únicos pasos que se escuchan son los ecos de los mios, cuando camino en los claroscuros de sus pasillos...

Iris - It generates.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Trivialidades cósmicas

Millares de rocas ígneas caían del cielo para besar con lenguas de magma la débil corteza terrestre. Hacía tan solo dos horas que el fin del mundo comenzó, y solo media hora que advertimos que el Sol había desaparecido, consumido en su propia hambre cósmica. Implotó y ni tan siquiera el ruido de su lamento pudo escapar, para volver a expandirse en una mole de gas aniquilador. Quedaban breves momentos de existencia, y yo aún pensaba en la moral del hombre y en el sentido de su conciencia. Abrazos de agua oceánica y ácidos burbujeantes comenzaban a demostrar su afecto a la civilización, eran abrazos de devastación bíblica. Nadie tuvo que decirme lo inútil de mi disertación mental, ya comenzaba a comprobar que de nada servirá que unas conexiones cerebrales sufran por algo que dejará de existir, para siempre. Es hora de unirme de nuevo al ecosistema cósmico para quizás volver de nuevo, en forma de estela sideral en la bóveda celeste de algún pobre planeta habitado por hileras carbónicas...

Type 0 negative - Paranoid

viernes, 14 de diciembre de 2007

El arrepentimiento de los grandes

Después del fatídico encuentro con Neil Rivers, y tan solo después de enterrar a Frank en una mísera fosa y escuchar las ya inútiles disculpas de Rivers. Oscar se atrevió a preguntarle a Alexis acerca de algo que le tenía terriblemente preocupado.

- Alexis, los siguientes a los que tenemos que encontrar, ¿serán igual de... monstruosos?
- Querido amigo, - le comenzó a contestar Alexis mirándole fijamente a los ojos como nunca lo había hecho antes - siento mucho lo que vas a tener que ver, pero los siguientes son aún mucho peor que Rivers. Vas a comprobar como la moral más baja del ser humano puede ser sobrepasada más allá de los límites aceptados. Siento que conozcas de esta manera mi pasado, pero es así y no lo puedo cambiar. Aún así, lo peor y más bajo se esconde más allá de Ipsópolis, encerrado en los oscuros entramados del poder.
- ¿A que te refieres?- preguntó de nuevo un tembloroso Oscar.
- A Exequias...
- ¿Exequias?
- Si, el coronel Exequias, con el que será mejor que nunca te encuentres en su campo de visión. Y ahora vamos a prepararnos para visitar al capitán Brian Willis...
- ¿Vamos a ir a por ese pijo engreído? - Neil les sorprendió con su voz potente, el cual había estado un tiempo incierto detrás de ellos.
- Si, Neil. Es el siguiente - le contestó Alexis con mirada de reproche y rostro gris.

Rivers sopesaría la culpa de su ira y rabia todo lo que le quedaba de existencia. Por raro que pareciera, comenzaba a arrepentirse de haber matado a ese chico llamado Frank, y quizás fuese esa la chispa que encendiera todo el polvorín de arrepentimiento que le faltaba por sentir, tras las cientos de miles de muertes que cargaba en su conciencia desde hacía varios siglos...

domingo, 9 de diciembre de 2007

El sabor de la resignación

Su presencia nunca pasaba inadvertida. Ella sabía que mientras follaba con otro, él, tras la ventana de cristales ahumados, la observaba mientras el humo de los opiáceos lamía el cristal. En los espamos orgásmicos de su pareja, Laura lograba penetrar en los ojos que la miraban para decirle sin palabras "lo hago porque te quiero". Eran las pruebas de los muertos, llegar hasta el punto de no retorno, para comprobar si era cierto.

Radic se consumía en si mismo, al comprobar lo inalcanzable que era ella, lo patético que era él, y lo absurdo de colocar en ella la esencia de otra. Humedecía los cristales con la rabia contenida durante cientos de años mientras recordaba aquello de "tú ya has ganado".

La vida en Ipsópolis era extraña y para los muertos que se escondían en aquellos barrios, era sobre todo un cúmulo de soledad, resignación, impotencia, vacío y asco. La existencia para ellos era de una vacuedad tal, que resultaba harto dificil no pensar en abandonarla de nuevo.

Ya llegarán los tiempos de euforia...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Ahogos nocturnos

Cuando la apnea se hace insoportable, despierto jadeando y ahogado en sudor. Toneladas de fibras en forma de mantas y sábanas me sepultan en la oscuridad, una oscuridad densa y asfixiante. La desesperación siempre acude puntual a la misma hora, para arrancarme de mi evasión de la realidad en los campos de sueños. Y ahí estoy, solo e impotente, sabiendo que mientras todos duermen yo vuelvo a ahorgarme en un agujero negro del que quiero salir como sea. Intentando recobrar mi aliento, mientras noto que a dos centímetros de mí no hay calor, no hay miradas cómplices, no hay nada, solo miedo, impotencia y una ingente cantidad de vacío en forma de cuencas eternas.

Al amanecer, algún jodido movimiento tectónico ha elevado aún más la montaña que día a día he estado intentando escalar, haciendome ver que los pequeños pasos dados que consideraba enormes, no han servido realmente para nada, y que los que me quedan por dar, tal vez tengan el mismo fin...

La ilusión es el deporte de los estúpidos, la resignación, la recompensa por las esperas baldías.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Más vacío que el vacío

Gracias por devolverme a los niveles de asco y patetismo de los que nunca debí haber salido. Llevo comiendome "mierdas" tanto tiempo que ya mis besos saben a heces, que mi aliento evoca al culo del mundo. Sueño con desaparecer de una vez por siempre, y como no, de los sueños de los otros. He llegado a tal punto en mis infiernos, que esta vez, si salgo de ellos, creo que pocas cosas quedan que me destrocen. Ahora soy víctima y verdugo, y me siento más vacío que el inifinito cosmos, sólo como un pulsar implotando durante eones de tiempo, sin ser advertido y lejos de faldas vacías, ojos de supernova y palabras vacuas.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Vibraciones

La música subyuga la tecnología. La técnica y la cienca podrán haber alcanzado marte, avistado quasares, clonado animales, fotografiado la mente, clasificado la vida, explicado la realidad, pero mucho antes, la música ya había participado de lo bueno que puede hacer el hombre. La música nos afecta, nos traslada y evoca, nos llena de nostalgía o nos transforma en las bestias reptilianas que olvidamos. Los impulsos del aire modulan conductas de seres hechos de polímeros de carbono.

"Fire woman" me extasia, "Letting go" crea nostalgia, "Medusa" tristeza, "Until the end of the world" dolor, "Ordinary world" me traslada al pasado, "Autoayuda" mutila, "Fairytale" me hace suspirar, "Standing" épica,... esto solo es una minúscula prueba de que sin ella, preferiría morir.

Ultravox - White china

martes, 4 de diciembre de 2007

Autodestrucciones en el andén

La vida es así. Un patrón determinado de sucesos, que van copando nuestra memoria, y a los que les vamos dando las connotaciones propias de nuestro carácter, es decir, de nuestros genes. Hoy las cortinas se han movido sin que la ventana estuviera abierta, no son espíritus, es el fantasma de la ansiedad. La espera provoca ansiedad, y la ansiedad desesperación, la cual, te empuja a pasear por las calles en soledad. Te empuja a codearte con la bruma de la noche y observar los iconos de tu mente enferma en los tejados de los edificios, en las esquinas de los comercios, dentro de los coches aparcados, en el reflejo de un escaparate.

Hoy vi palomas devorando cadáveres de niños. Carroñeras blancas deglutiendo carne. Mañana se me presentarán los agujeros negros de la impotencia de no saber. Pasado mañana... quizás se acabe el tiempo de repente, tal y como apareció. Necesito fundirme en una estrella de neutrones y desprenderme de mi conciencia, la existencia carga tanto el estómago...

domingo, 2 de diciembre de 2007

Cansancio

"¿Porqué llevas ese estúpido traje de hombre?" es la pregunta que me empuja a trasladar a letras la impotencia y la tristeza de cuarenta y ocho horas de incertidumbre. ¿Será que mis valores se quedaron obsoletos y me resisto a cambiarlos por algunos que cambien mi esencia radicalmente? Cuando creo caminar firme y seguro, es cuando la lava de los miedos y el rechazo en forma de lluvia ácida me consumen en despojos de carne, y es entonces cuando ya no puedo pensar, solo esperar una señal, que no se dará porque no aparece en los libros del futuro.

Me miro al espejo y vuelvo a observar al mismo ser ridículo y deforme que creí haber dejado atrás. Vuelvo a ser todos y ninguno, vuelvo a estar muerto y vacío por dentro, intentando solventar esto último a base de sustancias evasoras. Y es cierto, ¿porqué llevo este estúpido traje de hombre si no me comporto como tal...?

Necesito dormir.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Bajo los puentes de Hélike

El humo denso de los opiáceos envolvían sonrisas artificiales, la mescalina barría recuerdos entre los cientos de hombres y mujeres, los "cubalibres" acariciaban esófagos quemados por el tiempo y la música envolvía los rostros deformados por las noches eternas, una eterna noche anclada en la década de los 80.

- Creo que es la perra que esperabas, Alexis - le susurró Oscar al oído, mientras señalaba discretamente con su mentón hacía la dirección donde se aproximaba una joven.
- Cuida tu boca, Oscar - le cortó secamente sin girarse hacia donde insistentemente miraba su compañero.
- Lo siento Alexis, no sabía que te importaba -dijo Oscar con voz lánguida y culminó su tubo de destilado amarillento.
- ¿Es usted el señor Marburg? - preguntó la joven suavemente al oído de Alexis, con el cuidado que pudiera tener un ratón frente a una boa.
- Si, soy yo - le contestó un Alexis impasible en su mirada, la cual recorría todo el cuerpo de la joven, hasta detenerse y recrearse en sus pies. - ¿Y tú?
- Vengo de los puentes de Hélike, usted me reclamó.

Alexis sonrió levemente, terminó su bebida, dejó un billete de mil pesetas en la barra mientras miraba fijamente a Oscar y desapareció con aquella joven a la cual había estado observando varias noches atrás, cuando pudriéndose en sus infiernos, acudía al monte Io a gritar a la nada.

- Cuídate Alexis - dijo para si mismo Oscar mientras pagaba lo suyo. - Cuídate amigo y ánimo, creo que lo vas a necesitar...

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Tráfico de hombres