Algo bueno tenía que suceder, no todo podía ser una cadena de montaje en serie de desgracias tras desgracias. Sobrevivieron, y eso es lo que cuenta. Tras la lluvia aniquiladora de llamas, gas y trozos de carne, los mios, mis hombres, aparecieron entre la nube de polvo. Pudieron a ostias con Caronte. Y ahí estaban de nuevo, exhaustos, sucios y llenos de heridas sangrantes, arengando a los suyos en los suspiros finales de esta eterna guerra. Recuerdo que una vez uno de ellos me preguntó, en una tarde de Febrero nuclear, si acaso era la marioneta de unos muertos, le contesté que era una marioneta libre, como todas las demás...
Al volver mi cabeza atrás, vi la figura derrotada de todo aquello, pálida, de sonrisa tetánica y ojos abisales, ahí estaba. Ajenos a los gritos de alegría y estupefacción de los mios, nos miramos fijamente aquella aparición que existía desde el principio de los tiempos, y yo. De repente ya estaba susurrando en mi oído sin perder su sonrisa sardónica.
- Volveré...
- Lo sé - le contesté sin dudar.
Y desapareció... temporalmente.
Al volver mi cabeza atrás, vi la figura derrotada de todo aquello, pálida, de sonrisa tetánica y ojos abisales, ahí estaba. Ajenos a los gritos de alegría y estupefacción de los mios, nos miramos fijamente aquella aparición que existía desde el principio de los tiempos, y yo. De repente ya estaba susurrando en mi oído sin perder su sonrisa sardónica.
- Volveré...
- Lo sé - le contesté sin dudar.
Y desapareció... temporalmente.
Shakespeares sisters - Stay
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