miércoles, 24 de octubre de 2007

Las psicofonías de Albert

¿Nunca habeis sentido asco por vuestras vidas en algún momento? Seguro que sí, si no, no tendriais el placer de pertenecer al género sapiens. Ese asco que enturbia vuestras ganas de hacer nada, que os absorbe las fuerzas de domar la rutina, un asco que os golpea el cráneo con su insistencia en que lo dejeis todo a medias y salgais por una puerta, o ventana en su defecto, y desaparecer de una puta vez, de todo. Lo bueno es que como vino, suele desaparecer. Ahora bien, imaginaros que se anclara de por vida en vuestra cabeza, en vuestras ideas y en vuestros sueños, y para colmo, vivierais eternamente con él, porque por arte de magia, burlasteis a la muerte. Un coñazo de existencia.

Y así me pasé divagando mientras Albert insuflaba en Oscar, Frank y por supuesto en mi, su infumable discurso de sus psicofonías. Era un pobre hombre que nos contrató con el simple objetivo de que encontráramos a su hermano gemelo, presa de una secta de legionarios de Fé o algo por el estilo. Albert pensaba que estaba muerto, sus psicofonías lo probaban sin género de duda, para él. Una y otra vez el play daba paso a ruidos de fondo y suciedad magnética, hasta que una voz gutural aparecía de la nada.

- ¿Lo escuchais? Es él. - repetía ensismismado.
- Permítame que le contradiga, - le contesté harto de toda esta mierda - pero yo solo le escucho a usted, aquí y ahora y por supuesto, en esa cinta. ¿No se da cuenta de que lleva años grabándose a si mismo cuando esta fuera de si, en las noches de angustia y en la más pura y jodida soledad?

Lloró. No por pena, si no por comprobar que otros también eran conscientes de su avergonzante verdad. Esas verdades incómodas y secretas que todos mantenemos al margen de nuestra vida cotidiana y plagada de asco.

Salimos taciturnos de esa casa silenciosa. Oscar se dedicó esa tarde a pintar al óleo, Frank a fumar algo de crack en un parque y yo me dispuse a follar con la puta de los pies perfectos, la que esconde una verdad bajo los puentes de Ipsópolis.

Ladytron - Destroy everything you touch

No hay comentarios:

Curiosos

Radar...

Tráfico de hombres