Nunca hablo de ello directamente, pero mi mundo gira en torno a él, como órbitas de un exoplaneta alrededor de una estrella o un derivado singular. No quiero uno que sea sustituto de otro, al final todo sería una obra de sombras chinescas, donde las sombras serían tú y tú también. Tampoco quiero uno para mostrar y agradar, todo quedaría en la carcasa de algún producto perecedero fruto del capital moderno. Ni siquiera quiero uno para no encontrarme solo, prefiero la densa soledad a una lamprea siamesa, que haga que solo quede de mi, cuencas vacías. No quiero nada que no quiera, solo quiero volver a sonreir en los atardeceres del mundo, a saltar de una cama sin que tenga que pedir ayuda a alguna deidad arquetípica, quiero la confidencia de una mirada dilatada y el susurro de una voz que pulverize el temor del transcurrir. Pido poco, lástima ser un metazoo de mierda viviendo en el caldo de cultivo de un cúmulo de materia en el último rincón del cosmos, un cosmos anudado en si mismo,... que extraña se me hace últimamente la realidad.
sábado, 29 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario