Dicen los antiguos que el año que viene será el "año de la urraca". Nadie sabe el porqué, pero así esta escrito y así ha de ser. Doy por sentado que estaré vivo para observar la multitud de cambios que acaecerán, pero los acontecimientos nunca hay que darlos por hecho. Comentan los antiguos que en el año de la urraca ya no estaré solo, cierto, estaré conmigo. Creí conocerme, pero ahora me doy cuenta de que soy una especie de vaho producto del aliento de un borracho, se expande para cubrir de niebla la claridad de la realidad, para rápidamente retraerse en la nada. Creí reconocerme en los espejos, pero en el año de la urraca ya no sabré a quién pertenecerá ese rostro demacrado e inmensamente gris. En ese año veré acacias emerger del fondo del mar, contemplaré miradas ciclópeas, escribiré en ceros y unos y volveré a encontrarme solo. Los antiguos también se equivocan. Es inherente a mi especie...
miércoles, 26 de septiembre de 2007
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