Tomaban agua de cebada caliente mientras los mortales dormían. Las trincheras eran las únicas testigos mudas que grababan en su arena y alambre, las voces de dos soledades.
- ¿Sabes Alexis? Cuando todo esto acabe, viajaré a Dubrovnick.
- Bravo por ti.
- Si, volveré de nuevo. Algo desde mi interior suena como un zumbido, siempre que estoy a solas y en silencio, empujándome a ir allí.
- Quizás ya no exista ese lugar. Los siglos son las azadas del tiempo y no perdonan el orden que le dimos a la Tierra - Alexis miraba fijamente al oscuro horizonte, más allá de los puentes de Hélike, donde les esperaba una tremenda batalla.
- Tienes razón -le contestó Radic observando también las luces del otro lado-, pero los olores, la brisa del mar, el cielo azul, todo eso no habrá cambiado.
- ¿Lo necesitas, verdad?
- Si, necesito algo familiar. Incluso si se da la posibilidad, buscaré un viejo submarino nuclear del mar del norte, y haré sonar su sónar - Radic sonreía.
- Al final todos somos como Numan.
- En parte si, pero pocos podriamos haber construido un mundo como hizo él.
- Todos lo hubieramos hecho tarde o temprano. Él tan solo se nos adelantó.
- Así que todos somos monstruos...
- No, todos somos hombres... - y Alexis tomó un sorbo de su taza oxidada.
- Es curioso que digamos eso, dada nuestra condición.
- Jejeje, si, y no he querido ser irónico.
- Esta infusión no está del todo mal, ¿eh?
- Para las pocas cosas que hay para echarse a la boca, no.
- Estos pobres tipos del inframundo lo deben estar pasando mal.
- Si, pero el hambre lo combaten con un ideal. Ya quisieramos tener nosotros algo de eso... - y Alexis se vio interrumpido por el sonido lejano de un mortero.
- Deben ser los ejércitos de Jostein y Brian, esa zona era la de ellos.
- Si, esta noche tomaban la televisión del estado, mañana toca propaganda...
- Guerra psicológica...
- Oye, Radic - Alexis se volvió a su compañero y le miró a los ojos-, siento lo de Laura.
-¿Por?
- Creo que me siento mal por lo que te hice, solo me empleé con ella como un utilitarista. No sentí nada por ella mientras follábamos, solo la utilicé. Lo siento camarada capitán, de veras.
- No te preocupes - Radic volvió a observar ensimismado las luces del otro lado del río-. Yo también la utilicé camarada coronel.
- No entiendo...
- Nada, que al final todos hemos sido unos cabrones con ella. Todos necesitamos algo y nunca hemos sabido proporcionárnoslo. Es curioso, al final solo nos tenemos a nosotros mismos. Cuando todo esto acabe voy a sorprenderme de echar de menos a Neil o incluso a Gein...
- Joder, y yo también.
- Al final todos necesitamos algo familiar donde apoyarnos para descansar de vez en cuando, en la maratón de la existencia.
Alexis alzó su taza y la chocó con la de Radic.
- ¿Sabes Alexis? Cuando todo esto acabe, viajaré a Dubrovnick.
- Bravo por ti.
- Si, volveré de nuevo. Algo desde mi interior suena como un zumbido, siempre que estoy a solas y en silencio, empujándome a ir allí.
- Quizás ya no exista ese lugar. Los siglos son las azadas del tiempo y no perdonan el orden que le dimos a la Tierra - Alexis miraba fijamente al oscuro horizonte, más allá de los puentes de Hélike, donde les esperaba una tremenda batalla.
- Tienes razón -le contestó Radic observando también las luces del otro lado-, pero los olores, la brisa del mar, el cielo azul, todo eso no habrá cambiado.
- ¿Lo necesitas, verdad?
- Si, necesito algo familiar. Incluso si se da la posibilidad, buscaré un viejo submarino nuclear del mar del norte, y haré sonar su sónar - Radic sonreía.
- Al final todos somos como Numan.
- En parte si, pero pocos podriamos haber construido un mundo como hizo él.
- Todos lo hubieramos hecho tarde o temprano. Él tan solo se nos adelantó.
- Así que todos somos monstruos...
- No, todos somos hombres... - y Alexis tomó un sorbo de su taza oxidada.
- Es curioso que digamos eso, dada nuestra condición.
- Jejeje, si, y no he querido ser irónico.
- Esta infusión no está del todo mal, ¿eh?
- Para las pocas cosas que hay para echarse a la boca, no.
- Estos pobres tipos del inframundo lo deben estar pasando mal.
- Si, pero el hambre lo combaten con un ideal. Ya quisieramos tener nosotros algo de eso... - y Alexis se vio interrumpido por el sonido lejano de un mortero.
- Deben ser los ejércitos de Jostein y Brian, esa zona era la de ellos.
- Si, esta noche tomaban la televisión del estado, mañana toca propaganda...
- Guerra psicológica...
- Oye, Radic - Alexis se volvió a su compañero y le miró a los ojos-, siento lo de Laura.
-¿Por?
- Creo que me siento mal por lo que te hice, solo me empleé con ella como un utilitarista. No sentí nada por ella mientras follábamos, solo la utilicé. Lo siento camarada capitán, de veras.
- No te preocupes - Radic volvió a observar ensimismado las luces del otro lado del río-. Yo también la utilicé camarada coronel.
- No entiendo...
- Nada, que al final todos hemos sido unos cabrones con ella. Todos necesitamos algo y nunca hemos sabido proporcionárnoslo. Es curioso, al final solo nos tenemos a nosotros mismos. Cuando todo esto acabe voy a sorprenderme de echar de menos a Neil o incluso a Gein...
- Joder, y yo también.
- Al final todos necesitamos algo familiar donde apoyarnos para descansar de vez en cuando, en la maratón de la existencia.
Alexis alzó su taza y la chocó con la de Radic.