"Por un puñado de pesetas vendo mi cuerpo. Por un puñado de billetes, hombres maduros me utilizan como vertedero de sus prohibidas pasiones. Por un puñado de dinero sucio no vendo mi alma, lo invierto en mi pasión, la pintura. Mil pesetas, una mamada; con mil pesetas, un pincel para huir de la realidad..."
Oscar el Golem.

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