sábado, 31 de agosto de 2019

La ley de Willis

"Los aniversarios son amargos, siempre. Y este todavía  lo es más.  Te deje ir y sé  que fue la mejor elección. Ya no era el que perdiste. Me fui muy lejos, tan lejos que no podria hacerte ningún  daño, para poder protegerte,...de mi. Y me volvieron a traer, sin mi puto permiso. Ahora ya no estás. Y después de tantos siglos, no hay día que no me acuerde de ti, de lo que pudo haber sido, de ese camino perdido en un multiverso delirante de Hawkings. Ni esos alientos en mi boca, ni esas respiraciones entrecortadas, ni esos húmedos coños, ni siquiera los hematomas de sus ojos, me hacen olvidarte. Ni un solo día.  Te protegí  de mi. Que gran elección. "

Brian Willis. Scanner.

domingo, 25 de agosto de 2019

Ceguera de horror

Sus hoyuelos, su nuez marcada, esas auroras viajando en sus ojos enormes. Pero lo más  peligroso de él, era su voz, un pulso de ondas en el aire que llegaba a extasiarte como una siesta de julio en la playa. Y conocía las palabras exactas. El tiempo era suyo.
Ninguna ofrecía resistencia a La Presencia. Incluso sus ademanes y forma de andar, lubricaba cada una de las vaginas de aquella sala. Podríamos haber hecho lo que él quisiera, y lo sabía. 
Hileras de carne cachonda esperando a ser la elegida, a formar parte del harén de aquel macho alfa, cancerbero de nuestros sexos y cercenador de nuestro yo. Elígeme y todo cobrará sentido,... o no.
El mayor depredador de Ipsópolis, la violencia bella, el oxímoron del cariño.

Scanner (Teniente Brian Willis). Proxeneta del amor.

martes, 20 de agosto de 2019

Penultima parada

Los viajes en tren son lo último que nos queda de un tiempo pasado,  de cuando eramos eléctricos. Melancólico vaivén de paisajes bucólicos y pretéritos.  Punto de encuentro de miradas cómplices y compañeros extraños pero reconocibles. Los trenes pasan de vez en cuando, tardan, se toman su tiempo e incluso nunca vuelven a rechinar sus vías en el carril de tu estación, pero cuando lo hacen, suspiramos entreviendo una leve sonrisa. Eso, a todas luces tan trivial, es una parte de nuestras vidas. Incluso a veces es La Vida. Última llamada, subir o no subir, difícil  elección.  Los trenes no permanecen eternamente en la misma estación,  es ley de vida. ¿Contemplarás desde el andén cómo se aleja este otro convoy, que aunque antiguo e imperfecto, escondía un plácido asiento junto a la ventana? Si, y la estación ya se difumina tras la niebla.  Es ley de vida y no deseabas este viaje.

domingo, 11 de agosto de 2019

El viaje de los graznidos

Todo vuelve, siempre
Esa sensación  de no pertenencia
No pertenecer a este tiempo
Ni a este lugar 
Siempre vuelve
Solo la playa,
Las olas
Y el graznar de las gaviotas
Son mi hogar.
Pero tú,
Tú  ya no volverás.

Radic Vojnovic (puto viejo croata, débil e indefenso)

lunes, 5 de agosto de 2019

Coños

Fuiste víctima de la noche, de los negocios turbios. Tu coño ya no me espera bajos los puentes de esta ciudad maldita, no habrá otro pico. Te fuiste pronto, y lo peor de todo, es que yo ya lo sabía incluso antes de que me conocieras. Me sonreiste, me apodaste, e incluso me llegaste a tocar, y ni la repulsión de mi ser provocó ni la más mísera arcada en tus felaciones nocturnas. Me querías, pero tuviste que irte y contigo, el aroma de tu coño. Apliqué mi venganza como dictan los designios de mi nombre: plaga. 
No querías ser Maria Magdalena, pero tus intestinos vertidos al exterior fueron incompatibles con cualquier proyecto vital.  Hice todo lo que pude.
Fuimos criaturas de la noche.Y vaya si me vengué.
Descansa, que yo seguiré recordando en mi insomnio eterno, la suavidad de tu coño.

Alexis Salas.


sábado, 3 de agosto de 2019

Bucles

Garganta seca y manos temblorosas. Empujé  como pude esa puerta sin forma, en busca de un trago. Escapando de esa lluvia oscura me adentré en aquel tugurio que tardaría en olvidar. Plagado de enanas negras, danzaban inexpresivas sin atender a mi presencia. Lugar degenerado de agujeros negros y dudosa moral. Nadie me atendió porque allí ya había desaparecido el último protón conocido. Y es que las nauseas me arrastraron a los baños, donde se daba el último pulso a la entropía.
Ahora lo recuerdo todo, fragmentándose y desintegrándose,  yo también  era presa de ella. Porque todo tiende a ella y yo me encontraba rozando los máximos  niveles. Porque ni el tiempo ni tú es lo ultimo en perderse aquí, todo lo que fui y fuiste se pierde por el váter de la degeneración. 
Tira de la cadena y préstate al último  bocado entrópico de este tugurio en expansión infinita.
Sonríe a los momentos.
Son pocos.
Y valiosos.
Ya los he olvidado...

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