No había un solo día, con sus noches perennes, que no pensara en ella. No existía recodo del tiempo sin su nombre, tatuado en las paredes del arrabal de los minutos. Y los actos de sus tareas adquirían el peso de montañas mitológicas, imposible de moverlas. Pero a cada segundo de su vida inmortal, se animaba mentalmente a seguir, para poder andar sobre el siguiente segundo, apilándolos infinitamente en la desidia de las horas. El tiempo pasaba a un fotograma por siglo en la mente de Radic, y todo porque el fotograma que esperaba por llegar, no contendría jamás el rostro de ella.
No existía una sola noche en Ipsópilis, en la que Radic, desde su balcón, no rememorara todos los momentos que compartió con ella, uno a uno, guardándolos con afán de que no se evaporaran nunca en las hirvientes aguas del olvido. Y día tras día esperará en la densidad de su existencia el momento de reunirse con ella en el vacío de la inexistencia, esa que esta por venir fruto de una guerra que no le pertenecerá...
No existía una sola noche en Ipsópilis, en la que Radic, desde su balcón, no rememorara todos los momentos que compartió con ella, uno a uno, guardándolos con afán de que no se evaporaran nunca en las hirvientes aguas del olvido. Y día tras día esperará en la densidad de su existencia el momento de reunirse con ella en el vacío de la inexistencia, esa que esta por venir fruto de una guerra que no le pertenecerá...
Strange Advance - Worlds away
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