Vivir en un eterno espejismo, en la entelequia del ser. ¿Qué es ser un humano? Pregunta capciosa. Que importante señalar la tremenda jugada del córtex, delimitando un proceso temporal de la materia en la que nos vemos subyugados. Generación tras generación. No se lo debemos a la apariencia, ni a la creencia en una deidad, ni a nuestros genes. No somos.
Y es que son muchos siglos pareciendo vivir el desarraigo de la existencia, otro espejismo, mientras deambulamos en el purgatorio de Ipsópolis. Él nos abandonó, nos dejó en una tremenda soledad. Algunos optaron por evadirse químicamente, sin saberlo, o no. Yo preferí el castigo judeo-cristiano del que bebía y me debía. Muerto en vida, esperando a la nada, con la presión imaginaria en el pecho de los hombres, el desaliento de la desidia y bebiendo distimia entre explosiones y miembros. Mercenario de ídolos, es otra forma de evasión.
Doy Fe, que la perdí. Ya no intento buscarla, porque terriblemente ya sé,... que no existe. Como nuestra materia. Como nosotros. Un eterno espejismo.
Jostein Jhonsen - El Bautista.
A dream of Earth - Konshu
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