jueves, 24 de diciembre de 2020

La culpa eterna

La infinita sombra del arco de la "Voluntad del Pueblo" se proyectaba sobre los pasos lánguidos del que fuera el teniente Willis. Al acercarse al centro de aquel brutalismo conglomerado de hormigon y acero, su rostro se vio iluminado repentinamente por el "Fuego eterno" que yacía en aquel pebetero oxidado. Siempre habían flores frescas aldedor de aquellas llamas inmortales. Tan inmortales como Willis, luz y oscuridad. Esperanza y la condena de la culpa.

Detuvo sus pasos junto a las llamas. Cualquier otro ser no resistiría tamaña cercanía al calor radiante. Pero él era Brian Willis, una especie de demonio o más bien, uno de los mayores perdedores de Ipsópolis. De belleza magnética, ninguna mujer pudo resistirse a la mirada más seductora y antigua que proyectaba sobre sus presas. Regueros de corazones rotos dejó a su paso, pero también pómulos, huesos y rostros.

Uno de los monstruos de Ipsópolis, aquel con el que ninguna madre querría que su hija se encontrase, porque ya nunca más volvería a su regazo. El asesino del amor, el destructor de la carne. Y es que la culpa no hace prisioneros, y tú Willis, llevas muriendo cada segundo de esto que pululas y que llaman vida. Nunca, y eso quiere decir, nunca, volverás a sentir. Pero lo más triste, es que nadie nunca pensará en ti. Y sonríes, mientras tu rostro se deshace por el calor, porque sabes que estás perdido.

Tan solo te queda suspirar, volver y de nuevo comer carne humana. Porque de llorar, ya te olvidaste.

martes, 15 de diciembre de 2020

Vidas alternativas

Querer vivir miles de vidas diferentes, cientos de caminos alternativos, ha terminado por paralizarme.

Invento recuerdos, saboteo a mi memoria. Vivo dentro de mi todas las vidas de los hombres y sus distintos caminos.

Y es que el problema está en que huyo de mi propia vida, lentamente, porque carece de un sentido literal. Disfruto del pasado cuando ya se ha evaporado, y el presente se me escapa como el flavor de un futuro incierto que evito a toda costa. 

Nunca fui bueno en nada, pero lo compensa mi experiencia de miles de años. Que terrorífico es mantenerme fija la mirada. La que conserva el principio y fin de los púlsares.

El universo no está diseñado para mi.

Sus leyes no me respetan

Y yo, yo no les debo nada.

lunes, 12 de octubre de 2020

El equilibrio del artista

 - Debo decidir acerca de ese fino equilibrio que tarde o temprano se presentará a frente a ti.

- ¿A qué te refieres?

- Está claro que tú nunca tendrás que pasar por ello. No sabes lo que te envidio.

- Prefiriría que fueses más claro.

- Vivir una vida plena, abstraído de las tragedias y abismos más humanos, o terminar mi gran obra. Escribir es un baile entre tinieblas pero que sin el ritmo apropiado, ya no es baile si no palabras vacías.

Cuatro años y medio después, su obra recibiría los mayores aplausos de la crítica especializada,... a título póstumo.

BSO

sábado, 29 de agosto de 2020

Vulnerable

 Tras finalizar el "chute" de todas las noches, se tumbó a mi lado entornando poco a poco sus ojos y entonando esa sonrisa de los que se despedían del aquí y el ahora.

- ¡Oh! señor Marburg, ojalá el ahora nunca terminara - susurro sin dejar de sonreir.

- Imposible de aprehender... - le contesté dando las últimas caladas a mi cigarro.

Ella era luz y yo el vacío fagocitado por singularidades terribles del vasto cosmos, calor frente al frio de la muerte que nunca llega. Ella era el ahora y yo el pasado que se resiste a desaparecer. No terminaba de entender que hacía ella conmigo.

- Eres el que me hace sonreir, el que no me juzga ni siquiera con esa mirada de noviembre - me contestó como si hubiera leído mis pensamientos. Abrió levemente sus ojos para continuar.- Somos más parecidos de lo que imagina.

Me limité a observar sus facciones que se resistían a dejarse llevar por las olas del tiempo.

- Vivimos en el mundo del caos, las sombras y la violencia, y nuestros encuentros, son como volver a un reducto olvidado de nuestros recuerdos: el hogar.- Suspiró profundamente delatando el pico cinético de la heroína en su organismo.

- El hogar,... .- Me limité a repetir sin dejar de observar su paulatino desvanecimiento.

- Déjese llevar señor Marburg. Despréndase de ese lastre y sea lo que realmente es..., un hombre vulnerable.

Cayó en el sueño orgásmico de las sustancias evasoras. Yo me limité a no verter una caprichosa lágrima que luchaba por asomarse al exterior.

Intenté besarla.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Ella vino del Este

No trajo frio, todo lo contrario, vino de la mano de algo tan cálido como es el olor a hogar. Vino con una risa inolvidable. pelo ralo y sinuosidad carnosa, trayendo el calor de los últimos vestigios que aún quedan de un pasado acogedor. Sin embargo, yo era un nómada, cazador de ideas líquidas, sin pararme a pensar que era la última parada a Breslava. 

Ella vino de más allá del telón de metal, desde donde los sueños firmaron pactos que se tradujeron en realidad gris hace tanto tiempo. Pero ella trajo la luz de sus colosales faros, alumbrando las simas y fosas meridionales, dejando atrás miedos e incertidumbres. Porque Ella vino del Este, segura de sus hazañas, caminando decidida al son de una música que paralizaba alientos pero con el tacto de unos suaves pies. Solicitó mi billete varias veces, y cansada, decidió seguir sola su viaje.

Ella vino del Este,

Y yo sigo en soledad con mis meridianos y estúpidos miedos, viendo pasar vagones llenos.  

 

Ólafur Arnalds - Only the winds

jueves, 9 de julio de 2020

Enemigos

- ¿Quién ha sido tu peor enemigo?
- Yo... siempre yo.

domingo, 3 de mayo de 2020

El comienzo

- Apenas le quedan rasgos faciales para identificarlo - suspiró las inspectora Carpenter. - Es como si lo hubiera devorado un animal.
- Es un patrón que se repite Irune - le contestó en tono cansado el subinspector Muñoz que acababa de unirse a la inspección ocular.
- Llegas tarde Lander - le respondió la inspectora sin girarse, mientras mordisqueaba su bolígrafo Bic. a lo que añadió secamente: creo que tu vida personal no debería repercutir en la laboral.

El resto de uniformados de gris rieron por lo bajo, algo que no pasó desapercibido para el subinspector, que intentaba contraer su enjunto cuerpo entre su gabardina para evitar mojarse lo justo de aquella llovizna molesta.

- Lo siento inspectora, créame que he intentado estar justo a la hora, pero he tenido problemas que...
- Ya.. -interrumpió su superior caminando lentamente hasta el fondo del callejón donde se encontraba el cadaver rodeado de bolsas de basura.

Irune Carpenter no aparentaba la edad que tenía, era de esas genéticas prodigiosas que a pesar de los embates de la vida, no reflejaba ni una sola arruga o sombra de lucha. Estaba acostumbrada a lidiar en un mundo de hombres por lo que no dudaba en hacerse valer sin pensar en el "qué dirán". Aguantando un interminable divorcio y sacando adelante a dos hijos, no le iban a dar lecciones de profesionalidad ni de como llevar las riendas de nada. Y amaba su trabajo.

- ¿Donde están sus piernas? - preguntó a los expertos forenses que sacaban fotos de los sitios más recónditos.
- Devoradas camarada inspectora - le contestó un joven con voz aguda y con la apariencia de que este era su primer gran trabajo tras una vida formándose entre libros y cadáveres bien presentados. - Sus huesos estaban más apartados, pero creemos que son de él.
- Genial...- murmuró Carpenter.
- Te lo dije Irune, hay un patrón - sin que ella lo advirtiera, el subinspector Muñoz ya se encontraba a su lado. - Ya hay varios cadáveres con este aspecto en Ipsópolis en lo que llevamos de invierno.
- Mira Muñoz...- Irune se giró hacia su compañero y se quedo muda - Joder, Lander, ¿cuanto tiempo hace que no comes? ¿Te has visto la pinta que tienes?
- Si, estoy jodido del estómago. No sé aún que me pasa, pero esto me tiene absorbido, no te preocupes.
- Ves al médico YA - el tono de Carpenter mostraba preocupación sincera.
- Si, si, no te preocupes -intentó calmarla sabiendo que hasta que fuera, no le dejaría en paz. En un principio se arrepintió de haberle dicho nada conociéndola.- Llevo tan solo cuatro o cinco días sin probar bocado. Tengo nauseas y vomito lo que me llevo a la boca. Creo que será un virus, el estrés o ambas, no te preocupes.
- Nunca te había visto así en estos años - el tono de la inspectora era ahora más paternalista.- A veces no te reconozco.
- Ni yo,... hay cosas que me rondan la cabeza Irune. Estas muertes, parece que no solo hay una conexión presente entre ellas,...- Lander tragó saliva y continuó.- Si no en el pasado. Hay algo extraño en todo esto, como si nadie se hubiera dado cuenta de que hay un asesino en serie que lleva muchísimos años.
- ¿Qué? - le increpó incrédula

El subinspector Muñoz se le acercó al oído, pronunciando las palabras que cambiarían el rumbo de sus vidas para siempre.

- Creo que he descubierto algo que podría mover los cimientos de nuestra realidad. Lo tengo todo en mi casa, pero no puedo decirte más. Nos veremos allí.

Y se alejó caminando cansado y como si cientos de años le pesaran, desapareciendo entre la fina lluvia.

sábado, 4 de abril de 2020

El confinamiento

No era corriente observar a nadie cerca de los límites de la cúpula. Pero ahí estaban sus siluetas. Una erecta sombra de dimensiones hiperbóleas y proporciones grotescas y otra, encorvada y frágil, creando un skyline de huesos con el reflejo de las luces amarillas y centelleantes del final de la calle. Porque en Hélike habían calles que acababan en paredes de cemento y cristal ahumado. Porque Hélike era una gigantesca cárcel de curvos horizontes y de difuminados recuerdos, que contenía los gritos de los más antiguos.

- ¿Qué me quieres mostrar, Marburg?- preguntó Óscar intentando intuir qué otra maravillosa respuesta le proporcionaría su compañero de fatigas.

Marburg dió su última calada al cigarro, apurando hasta absorber parte del filtro. Lanzó la colilla a escasos centímetros de sus pies, alzó su cuello hacia arriba de forma suave, y expulsó por su boca una gran bocanada de humo que envolvió a los dos solitarios. Bajó de nuevo su rostro, y pisó la colilla con un movimiento de pie extremadamente cuidadoso.

- Esto es por lo que he luchado durante muchos años - susurro Marburg mientras acariciaba una de las partes de la impresionante viga, que desde las profundidades de Hélike, se eyectaba hasta casi el infinito como un chorro de acero sanguíneo, formando parte del entramado dantesco de la cúpula.- Y por lo que ahora sueño todas las noches.

Cayó de rodillas, dejando caer su peso y produciendo un sonido a leña seca. Óscar se sientió inquieto, nunca había tenido la oportunidad, tras tantos años, de ver a Marburg de esa forma. No se sentía cómodo, nadie lo estaría.

- Sueño, que me ahogo - Marburg apoyó sus manos sobre el suelo, mostrando por primera vez un síntoma de debilidad. - Que exploto por dentro. Quiero... quiero con todas mis fuerzas salir de esta pesadilla dantesca que me machaca centuria tras centuria. Porque Óscar, soy más antiguo que los sueños, y estoy en la mierda más jodida que un puto ser humano pueda estar.

Oscar no podía cerrar su mórbida boca.

- Esta cúpula encierra mis sueños... esta carcel ha difuminado mis recuerdos y apenas sé ya quien soy.- Levantó su mirada para dirijirse a su compañero. Sus ojos se mostraban vidriosos.- Llevo viviendo el mismo día desde hace MI-LE-NIOS... y nunca se va a detener.

Se escuchó el grito desgarrador de la mayor de las desesperanzas. Ese grito que camina en la línea del animal primitivo, el sonido de que ya nada queda por hacer.

Y Marburg vomitó lagrimas de viejo.

sábado, 21 de marzo de 2020

Tus mierdas

- ¿Has vuelto a escribir tus mierdas? - le dijo en tono susurrante.

Radic no se inmutó, ni siquiera cuando ella cerró violentamente la puerta al entrar. Apoyado en la barandilla de aquel pequeño balcón angosto, continuaba fumando como si estuviera solo.

- ¿Vas a volver a ignorarme como haces siempre?- Laura le plantó su boca a escasos milímetros de su rostro proyectando ese característicoco aroma metalizado de la sangre.
- ¿Volviste a comer carne?- le contesto Radic sin girarse, con tono neutro, contemplado aquellos reflejos de neón que inudaban el infinito horizonte de Ipsópolis. - ¿Has vuelto a follarte a otros?

Laura escupió un coágulo de sangre espumoso que cayó justo al lado de la mano que Radic utilizaba para sostener su cigarro de heroína. Ella le proyectó la mirada del asco, pero también de la rabia.

- No pertenezco a nadie, no soy la sustituta de nadie, ahorrate tus palabras de mierda, tus escritos de mierda y tus poses de perdedor, hijo de puta. 

Le arrojó una bola de papel que quedó a los pies del encorvado Teniente Vojnovic. Laura se largó dando otro de sus famosos portazos esta vez a las puertas del balcón. Radic, comenzó a moverse, y como si estuviera preso por un enorme campo gravitacional, se agachó a recoger el papel. Con sus arrugadas manos, intentó darle su forma original. Era la nota que él le había dejado en su almohada mientras ella dormía tras una noche de vómitos y muerte, pero le habían añadido algo más.

"Vuelve, te echo de menos" R.V.
"No sé volver, ayúdame...." L.C.

Y las letras comenzaron a diluirse entre agua y sal.

lunes, 16 de marzo de 2020

Que no te tiemble la mano

- Necesito a gente como tú Coronel, gente a quién no le tiemble la mano. En estos momentos tan complicados necesitamos a aquellos que no han tenido miedo de estar al otro lado. No como ellos, Coronel, que lloraron antes de partir, mientras que tú y los tuyos lo último que hicisteis fue sonreír, sonreír de alivio. Gente a quien no le tiemble la mano. 

Y Alexis permaneció parado e impávido, manteniendo su mirada perdida sobre la pared que se cernía tras las espaldas de Numan.

Ya no sonreía.

Ni se sentía aliviado. 

domingo, 8 de marzo de 2020

Oh, Coronel

Oh coronel, coronel
Preso del olvido
Vives en muerte
Sin nombre conocido

Oh coronel, coronel
Siempre enjunto y frio
Abandonado a tu suerte
Con todo ya perdido

Oh coronel, coronel
Holor a herrumbre
Ojos hundidos
Y mirada de noviembre 

Oh coronel, coronel
Yo no te abandonaré.

Seabound - Avalost

miércoles, 12 de febrero de 2020

Numan

El ancla del pasado, la ignominia del presente y la desesperanza del futuro. 

Numan, tú  que has creado los cimientos de una megalópolis distópica sobre unos sueños imposibles, te eriges como demiurgo del tiempo. Creas y finalizas a tu antojo, porque somos esclavos de tu vasta tristeza temporal, fruto de un artefacto olvidado por algun dios menor. Te debemos la existencia, pero tambien la condena de existir sin desearlo. Eres la peor creación del universo, y subyaces aqui, entre nosotros, esperando una entelequia, junto al hierético de facciones mudas.

domingo, 9 de febrero de 2020

La vuelta a casa

¿Donde has estado todo este tiempo? ¿Donde te escondiste? ¿Qué has visto y acariciado? La espera en este vasto y profundo vacío cósmico, durante centurias, oprime los alvéolos como placas tectónicas subyugadas por el beso de tierra. Necesito de tus fonemas y del sonido que emite tu boca, apacigua el tránsito inexorable a ninguna parte.
Boca seca y ojos vítreos, las preguntas sin respuesta golpean ya con una cadencia paulatinamente más lenta,  siguiendo las lineas de la naturaleza. Mientras espero a... nada.

(Y el "tictac" prosigue su neutro cantar)

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