- Necesito a gente como tú Coronel, gente a quién no le tiemble la mano. En estos momentos tan complicados necesitamos a aquellos que no han tenido miedo de estar al otro lado. No como ellos, Coronel, que lloraron antes de partir, mientras que tú y los tuyos lo último que hicisteis fue sonreír, sonreír de alivio. Gente a quien no le tiemble la mano.
Y Alexis permaneció parado e impávido, manteniendo su mirada perdida sobre la pared que se cernía tras las espaldas de Numan.
Ya no sonreía.
Ni se sentía aliviado.
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