Lo tuve todo. TO-DO. Aunque sé, que no me lo merecía. Me acostaba temblando, horrorizado de que supieran quién era verdaderamente. El impostor. Me levantaba furioso, atemorizado de que comprobaran la falsedad de mi presencia. Bipolaridad. La vida castiga, sin piedad, y lo perdí todo. TO-DO. Lo dejé ir, no lo merecía. Ni siquiera la vida, JAJAJAJAJAjaja. Me dejé ir, a lo grande. Cerré los ojos, sonreí y suavemente aparté las manos del cuadro de mandos. Las voces de la torre de control se fueron degradando en colores y creí oler colores de fuego. Yo era fuego y el miedo se esfumó.
Luego me trajeron de vuelta, pero eso es otra historia.
Nunca fui más feliz que haciéndome añicos.
A.G.
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