Gracias por venir. Estoy tan contenta de que tú seas lo último que vean mis adormecidos ojos. Tranquilo, ya no me duele, no te alteres. Es desagradable, lo sé, pero ya no siento nada en el pecho. El dolor se ha esfumado como los malos recuerdos que pulularon mi vida.
Estoy tan contenta de verte por última vez, señor Marburg. Apareces ante mi como la luz de una tarde de verano, como el agua tibia de una bañera en invierno, me recuerdas tanto a los graznidos estivales.
¡Oh! y tus ojos, Noviembre pasó para dar rienda suelta a olas de Omaha. Nunca te vi así, nunca has permitido que te vieran de esa forma... Eso me hace sentir tan, tan, tan especial en estos últimos femtosegundos...
Apenas escucho lo que me dices. El sonido se diluye contigo. No me importa, me pierdo en tus olas y ya todo huele a salitre...
Estoy tan contenta de verte por última vez, señor Marburg. Apareces ante mi como la luz de una tarde de verano, como el agua tibia de una bañera en invierno, me recuerdas tanto a los graznidos estivales.
¡Oh! y tus ojos, Noviembre pasó para dar rienda suelta a olas de Omaha. Nunca te vi así, nunca has permitido que te vieran de esa forma... Eso me hace sentir tan, tan, tan especial en estos últimos femtosegundos...
Apenas escucho lo que me dices. El sonido se diluye contigo. No me importa, me pierdo en tus olas y ya todo huele a salitre...