Era lo mejor que se le daba, ingerir litros de destilados y cagarse encima. Se hizo llamar Marburg, y desde ese dia camina sin rumbo por calles vacías. Apesta a viejo y disfruta con ello. Perdió la batalla del tiempo y le arrancaron de su tumba, de su paz, y desde entonces se limita a observar y a intentar, sin fortuna, agarrarse a su memoria líquida. Y a pesar de chorrear mierda por entre sus flacas piernas, sus ojos de noviembre...crean esa mirada que incluso desnuda los huesos. Se hizo llamar Marburg, que como plaga, se extiende entre las sombras de su cortex.
viernes, 27 de diciembre de 2019
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