Entre chimeneas de metal vomitando incesantemente vapor de agua, descubriste la prueba irrefutable de tu condición. Mamífero, que olvidaste tu vínculo umbilical. Que te desconstruyes día a día para distanciarte de tu esencia. Qué al otro lado del espejo ni siquiera ya te reconoces.
Y el cielo se torna rojo de forma inexorable, y no percibes vivir en la Tierra. Porque te has olvidado de todo, y no por el paso del tiempo, si no porqué has urdido el plan para hacerlo.
Ya no vendrá nadie a pedirte explicaciones. Porqué te han olvidado...porque tú los has matado.