martes, 1 de noviembre de 2022

Las cacerías de Willis

En Ipsópolis sobreviven los humanos más miserables de Hélike sin reparar en que, con ellos, conviven seres mitólogicos.

Reposaba su cabeza en el respaldo del asiento, mirando detenidamente a un punto en el horizonte difuso de la noche reflejada en el cristal frontal del coche. Ella, a su lado, mantenía su musculatura en una tensión láctica indescriptible. 

- Hubo una vez en que yo era como tú - le susurró,- confiado, cándido e inocente.

- ¿Y qué pasó? - le contestó ella en un vano intento de entrelazar sus palabras de forma fluida mientras trataba de contactar su mano con el dispositivo para abrir la puerta del coche.

- El tiempo - Brian comenzó a girar lentamente su rostro hacia ella sin mostrar un mínimo de expresión.- Pululé por abismos insondables y leí demasiado a Houellebecq, demasiado...

Ella se zafó de aquel automóvil y se lanzó en una carrera trepidante por las humedas calles de Ipsópolis, huyendo de aquel monstruo mitológico. 

La dejó ir con una media sonrisa, cerró lentamente la puerta del copiloto y puso algo de música.

Lo demás, es historia.


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