miércoles, 21 de julio de 2010

Hasta siempre

Es duro cerrar la puerta tras de ti sabiendo que ya no volverás a entrar nunca más. Triste el cerrar el libro para siempre tras acabar de releer su última frase como queriendo agarrar futilmente lo ya sabido. Así como la última nota de un órgano cuando dejó de tocar por siempre la última canción de la Tierra. Que duro es despedirse de aquel rostro familiar desde el andén, al que ya nunca volverás a ver sonreir de manera cómplice. Son muchas las despedidas y muchas las que quedan aún. Cobra sentido la ley de vida, aunque ésta no esté escrita en soporte físico alguno, sólo en las memorias de las generaciones de humanos que vamos pululando sin aparente sentido objetivo, esta roca que algún día cesará de rotar estúpidamente.

D.E.P.

viernes, 16 de julio de 2010

Apostando a perder con Caronte

Nunca más. Cuando se lee esto sin atisbo de atención o fuera de su contexto original queda vacuo y estúpido. Pero no podemos llegar a imaginar lo contundente e impactante que se tornan dichas palabras cuando dentro de una situación determinada se tornan realidad y nuestra mente capta todo el significado que dificilmente podemos asimilar debido a nuestro corto entendimiento.
Selectivo con el roce de otros humanos, le acaricié el hombro antes de partir, nunca antes había tenido un gesto así. Fue lo último que recordaría de mi. Solo un puto roce de mi huesuda mano con su famélico hombro. Como Pícara noté en su contacto el terror del fin y aún sigo sin dormir viviendo sus últimos estertores.
Solo me quedarán de él su sonrisa áurica, su orgullo, su ayuda incondicional y ese aliento a viejo, a antiguo,... a abuelo.
Hoy quizás te vea por última vez, atravesado por cables y metal. Pero tú no me verás a mi, ni siqueiras sospecharás mi presencia, porque aunque tu carcasa siga rezumando calor tú ya has partido a la nada...

Curiosos

Radar...

Tráfico de hombres